Viernes 15 de noviembre de 2024

Religiosos Latinoamericanos: ¡Ya es hora de acabar con la trata de personas!

  • 30 de julio, 2020
  • Bogotá (Colombia) (AICA)
Organizaciones religiosas de Latinoamérica y el Caribe alzan su voz contra el flagelo de la trata y denuncian diferentes expresiones de comercialización de la vida.
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Si te callas, #tusilencioescómplice, si eres indiferente, #tusilencioescómplice, así comienza el pronunciamiento de la vida religiosa Latinoamericana y Caribeña, las redes integrantes de Talitha Kum, la Red Internacional contra la trata de personas, la Red Clamor y la Red CLAR contra la trata, en este 30 de julio, declarado por la Organización de las Naciones Unidas "Día mundial contra la trata de personas". Estas organizaciones se unen para hacer un llamado a la comunidad universal a que alcen su voz contra el fenómeno y denuncien las diferentes expresiones de la comercialización de la vida; comprendiendo la gravedad de esta expresión de la esclavitud moderna.

Ya es la hora
Desde su experiencia en la reivindicación de las víctimas, la investigación del fenómeno y su prevención, recuerdan a las conferencias episcopales, congregaciones religiosas femeninas y masculinas, al clero diocesano y a la comunidad de creyentes, que ya es la hora de que como Iglesia, se logren acciones coordinadas y exista colaboración en la transformación de la cultura de dominación. 

El propósito es que se construyan relaciones de igualdad entre todas las personas, colaborando para erradicar la demanda y visibilizando todas las formas de explotación que han permanecido ocultas, empezando desde la casa.

Los religiosos afirman que Ya es la hora de promover la justicia económica y social, favoreciendo a las personas más empobrecidas. 

También recuerdan que Ya es la hora de exigir a los gobiernos que adopten alternativas justas al modelo neoliberal; a poner en práctica las leyes contra la trata y garantizar los derechos humanos en especial para las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Ya es la hora de que cuestionen los modelos empresariales que engañan y explotan.

Y advierten que Ya es la hora de llevar a cabo acciones proféticas en favor de la Dignidad Humana, en consonancia con la invitación del papa Francisco de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes, refugiados y desplazados; para evitar que caigan en manos de los traficantes. Se trata de lograr acciones para protegerlos del engaño y la seducción de los que se convierten en sus verdugos.

Las denuncias
El clamor de la vida religiosa es el clamor de las víctimas por lo que hacen tres denuncias que a la vez se convierten en retos pastorales.

En primer lugar, denuncian el poder de la cultura patriarcal en todos los sectores: económico, social, familiar, político, cultural y religioso, de manera particular la cosificación de la mujer que contribuye a la cultura mundial de explotación y violencia contra ellas, reflejado en la trata de personas.

La segunda denuncia se dirige al modelo económico injusto, cruel, neoliberal y capitalista que beneficia a unos pocos entre los que se incluyen los traficantes, empresarios y compradores, que por encima de los derechos humanos, fomentan una cultura de mercantilización deshumanizante y excluyente que expone a las personas a un mayor riesgo de ser víctimas de la trata.

Finalmente, denuncian las leyes y políticas injustas y deshumanizantes de inmigración que se hallan arraigadas en una cultura de racismo, violencia y xenofobia que niegan los derechos humanos básicos de migrantes y refugiados.

Finalmente, como religiosos reiteran su compromiso para crear conciencia más allá de sus redes, Exigiendo a los gobiernos actitudes y políticas públicas que promuevan la integridad y los derechos humanos de todas las personas que son víctimas de este delito.

“Usaremos nuestra voz para dar la bienvenida, defender, proteger, promover e integrar a las personas que son víctimas de la trata, del abuso sexual y de la explotación de niñas, niños y adolescentes, para garantizar una migración más segura, evitar el reclutamiento de traficantes durante su viaje y acompañar a las víctimas a su regreso“, reiteran con convicción. +