Polonia: beatificación de la familia asesinada por los nazis por refugiar judíos
- 10 de septiembre, 2023
- Markowa (Polonia) (AICA)
Fue en Markowa y la presidió el enviado papal, quien destacó que el matrimonio Ulma y sus siete hijos, uno nonato, son ejemplo de la santidad de "la puerta de al lado". Mención del Papa en el Ángelus.
El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semenaro, presidió hoy, en la localidad polaca de Markowa, la ceremonia de beatificación del matrimonio Ulma y de sus siete hijos, asesinados todos por los nazis el 24 de marzo de 1944, por haber dado refugio a judíos perseguidos. Es la primera vez en la historia de la Iglesia que una familia entera es proclamada beata.
Miles de personas viajaron al poblado polaco para celebrar y alegrarse por la beatificación de José, Wiktoria y sus siete hijos. Son los Ulma, "los samaritanos de Markowa", la familia capaz de transformar su hogar "en el lugar de lo que el Papa Francisco llama la santidad de la puerta de al lado". Así lo recordó en la homilía el enviado papal: "Al acoger a ocho judíos perseguidos por el régimen nazi, la casa de los Ulma se convirtió en esa posada donde se alojaba y cuidaba al hombre despreciado, marginado y condenado a muerte".
"Jozef y Wiktoria vivieron una santidad no sólo conyugal, sino plenamente familiar, iluminada y sostenida por la gracia santificante del Bautismo, la Eucaristía y los demás sacramentos. Sólo así podía surgir 'la belleza y la grandeza del sacramento del matrimonio'", destacó.
El testigo sin nombre
Uno de los momentos maa emotivos fue cuando el obispo Grzegorz Chudzio tradujo al polaco las palabras del cardenal Semeraro sobre el más pequeño de los nuevos beatos, la criatura que Wiktoria llevaba en su seno "y que vino a la luz en el parto durante la carnicería de su madre".
"Sin haber pronunciado nunca una palabra, hoy el pequeño bendito grita al mundo moderno que acoja, ame y proteja la vida, especialmente la de los indefensos y marginados, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Es su voz inocente la que quiere sacudir las conciencias de una sociedad en la que proliferan el aborto, la eutanasia y el desprecio por la vida, vista como una carga y no como un don. La familia Ulma nos anima a reaccionar ante esa cultura del descarte que denuncia el Papa Francisco", destacó.
El purpurado también saludó especialmente a los representantes de la comunidad judía presentes en el rito de beatificación, y luego leyó una lista con los nombres de los miembros de las dos familias acogidas por los Ulma y que perdieron la vida con ellos: "Esta reunión de familias judías y de una familia católica en el mismo martirio tiene un significado muy profundo", porque ofrece "la luz más bella sobre la amistad judeo-cristiana, tanto a nivel humano como religioso".
Otro elemento de luz surge de la actualidad del mensaje de los Ulma, que con su gesto hacia los más necesitados alude a la urgencia de la acogida. El contexto al que se refiere el cardenal -sin olvidar el gran compromiso de Polonia para ayudar a los civiles que huyen de la guerra- es la invasión rusa en Ucrania: "La intercesión de los nuevos beatos y su testimonio de caridad evangélica animan a todos los hombres de buena voluntad a convertirse en artífices de paz".
El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos también agradeció a tantos otros polacos que dieron refugio a judíos durante la Segunda Guerra Mundial, pagando con su vida esta elección consciente. Además, expresó el fuerte deseo de que, "en todos nosotros, el testimonio martirial de la familia Ulma suscite el deseo sincero de profesar y vivir la fe con valentía".
Markowa se convirtió, este 10 de septiembre, en el centro del mundo al que mira la Iglesia universal, honrando a sus nueve hijos, Józef y Wiktoria, Stanislawa, Barbara, Wladyslaw, Franciszek, Antoni, Maria y el más joven, que vino al mundo en el momento del martirio de su madre.
Francisco: "Un rayo de luz en la oscuridad de la guerra"
Tras la oración mariana desde el Palacio Apostólico, el Papa dirigió su pensamiento a Polonia, donde esta mañana, 10 de septiembre, en Markowa, fueron beatificados los mártires José y Victoria Ulma y sus siete hijos.
El pontífice recordó a toda esta familia, exterminada por los nazis el 24 de marzo de 1944, por haber dado refugio a algunos judíos perseguidos.
"Al odio y a la violencia que caracterizaban aquella época, opusieron el amor evangélico. Que esta familia polaca, que representó un rayo de luz en las tinieblas de la Segunda Guerra Mundial, sea para todos nosotros un modelo a imitar en el celo por el bien y en el servicio a los necesitados", pidió.
Luego, invitó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro a aplaudir a esta familia de beatos.+