Pastoral Social de San Justo: Aborto, Caballo de Troya que esconde otras cosas

"Ningún interés personal o institucional puede prevalecer sobre la vida de nadie, porque toda vida vale y es importante"

El Equipo de Pastoral Social, de la diócesis de San Justo, expresó su rechazo al proyecto de ley de aborto asegurando que “no hay vidas que valen más que otras, vidas que están por sobre otras, sino más bien que toda vida vale, toda vida es importante sea en la etapa de vida que sea”. 

“Ningún interés personal, sistémico e institucional puede prevalecer sobre la vida de nadie, porque toda vida vale y es importante”, sostuvo en un comunicado. 

“Toda vida vale, ninguna tiene más dignidad que otra. Esta afirmación está por sobre toda diferencia: momento de vida, capacidad, sexo, idea, religión, opciones personales”, precisó.

La Pastoral Social matancera afirmó que “estas afirmaciones se hallan en espacios diversos que exceden a los límites de la religión, corriente de pensamiento, espacios políticos partidarios, por eso no puede adjudicarse de manera negativa el hecho de que pertenezcan a alguno de estos terrenos”. 

“Renovamos nuestro compromiso de acompañar la vida de las personas, cuidando especialmente a los más pobres y vulnerables porque ‘toda vida vale’”.

Texto del comunicado

Por medio de este mensaje queremos expresar una convicción muy profunda que guía nuestra vida y que es una motivación clave para asumir los criterios al obrar: el valor de la vida de las personas y la dignidad que les corresponde. 

No hay vidas que valen más que otras, vidas que están por sobre otras, sino más bien que toda vida vale, toda vida es importante sea en la etapa que sea. La dignidad y el valor de la vida no va in crescendo a medida que transcurre el paso del tiempo y las etapas vitales. Ciertamente, en muchas ocasiones el sistema y criterios con los que se maneja el hombre de hoy, tiende a atacar o violentar a los que supuestamente “no aportan”, no son eficientes, no sirven para el funcionamiento de la gran maquinaria, sino que son un estorbo: pobres, niños, ancianos, enfermos, personas con algún tipo de discapacidad, mujeres vulnerables, etcétera, muchos etcéteras, muchos rostros, muchas vidas. 

Es cierto que en determinadas etapas de la vida hay mayor vulnerabilidad que en otras en cuanto al grado de desarrollo o situación socio económica, por eso es que hay que prestar atención a esas cuestiones, para que, como ocurre en la sociedad en un sinfín de momentos, prevalece el poderoso, vernáculo o foráneo. 

Obviamente, el mal siempre se presenta bajo la apariencia, para engañar o intentar engañar. En pos de la defensa de la vida, de la libertad, de la paz, del bienestar, muchas veces se genera todo lo contrario, se esconden como Caballo de Troya muchas otras cosas, opciones, decisiones, postulados, que nada tienen que ver con esos valores y muchos otros, por supuesto.

La opción por la vida nos compromete a actuar coherentemente en consecuencia. Esa opción fundamental debe expresarse en las opciones más pequeñas, a través de actitudes frente al otro, criterios y acciones concretas, sino todo será más de lo mismo. La ambigüedad genera duda, desconcierto, anti testimonio e hipocresía. 

Ningún interés personal, sistémico e institucional puede prevalecer sobre la vida de nadie, porque toda ida vale y es importante. 

Toda vida vale, ninguna tiene más dignidad que otra. Esta afirmación está por sobre toda diferencia: momento de vida, capacidad, sexo, idea, religión, opciones personales. 

Estas afirmaciones se hallan en espacios diversos que exceden a los límites de la religión, corriente de pensamiento, espacios políticos partidarios, por eso no puede adjudicarse de manera negativa el hecho de que pertenezcan a alguno de estos terrenos. 

Renovamos nuestro compromiso de acompañar la vida de las personas, cuidando especialmente a los más pobres y vulnerables porque “Toda vida vale”.

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