"Pascua Riojana, alegría de la Iglesia"
- 8 de noviembre, 2018
- Pilar (Buenos Aires)
Reunidos en la 116° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, dieron a conocer un mensaje titulado "Pascua Riojana, alegría de la Iglesia", en referencia a la beatificación del obispo Enrique Ángel Angelelli, de Fray Carlos de Dios Murias, del presbítero Gabriel Roger Longueville y del laico Wenceslao Pedernera, que se celebrará el 27 de abril de 2019.
"Agradecemos de corazón al Papa Francisco, que así recoge el discernimiento de la Iglesia y nos alienta a gastar la vida en el servicio", expresaron.
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En su carta destacan la figura de monseñor Angelelli, obispo de La Rioja entre 1968 y 1976, quien "sabía que su muerte era inminente y estaba dispuesto a dar la vida". Al mismo tiempo, señalan los obispos, sostenía que lo vivía "con una gran paz interior y esperanza cristiana". Recuerdan además que "no ocultaba su temor pero se aferraba a la fortaleza que Dios le regalaba. De ese modo se sentía unido a la entrega de Cristo hasta el fin".
"Como buen pastor, cuando se disponía a dar la vida, experimentaba que su pueblo sufría y de algún modo moría en él y con él. El papa Francisco quiso valorar especialmente esos casos en que se verificó ?un ofrecimiento de la propia vida por los demás, sostenido hasta la muerte?, porque ?esa ofrenda expresa una imitación ejemplar de Cristo, y es digna de la admiración de los fieles?", aclaran.
En palabras del Santo Padre, los pastores argentinos recuerdan: "La santificación es un camino comunitario, de dos en dos. Así lo reflejan algunas comunidades santas" y añaden: "Angelelli no estuvo solo en su martirio. Eran cuatro los que, unidos en su entrega, nos estimulan ?en contra de la tendencia al individualismo consumista que termina aislándonos en la búsqueda del bienestar al margen de los demás?".
"Nos conmueve recordar que, la noche del secuestro, cuando algunas personas que se decían policías fueron a buscar a fray Carlos, el padre Gabriel le dijo resueltamente: ?¡No te dejo solo. Voy con vos!?. Y murió con él", destacan.
"La muerte de Angelelli y la forma como murió son una clara coronación de una vida consecuente con sus convicciones y con la misión del pastor de dar la vida por su rebaño. Así selló con su sangre su compromiso por la paz, la justicia y la dignidad integral de la persona humana, por amor a Cristo y a los pobres, en plena coherencia con el Evangelio", sostienen.
Monseñor Angelelli, afirman los obispos, "amó a la Iglesia. La sintió su familia, su lugar de discernimiento, su púlpito a la hora de anunciar la Buena Noticia y el grito de dolor del pueblo riojano".
"Nunca incitaba al rencor, a pesar del clima de violencia que se vivía. En el entierro de Gabriel y Carlos decía: ?¡Qué difícil es ser cristiano, porque al cristiano se le exige perdonar!... El cristiano tiene que perdonar a todos?. Con la misma convicción, el laico Wenceslao, que fue acribillado en la puerta de su casa delante de su esposa y tres pequeñas hijas, y sufrió una agonía de varias horas, no sólo perdonó a sus asesinos, sino que pidió a su esposa e hijas que no guardaran odio", recuerdan.
Los obispos concluyen su mensaje con las palabras del entonces cardenal Bergoglio: "El recuerdo de Wenceslao, Carlos, Gabriel y el obispo Enrique no es una simple memoria encapsulada, es un desafío que hoy nos interpela a que miremos el camino de ellos, hombres que solamente miraron el Evangelio, hombres que recibieron el Evangelio y con libertad. Así nos quiere hoy la Patria, hombres y mujeres libres de prejuicios, libres de componendas, libres de ambiciones, libres de ideologías; hombres y mujeres de Evangelio, sólo el Evangelio, y, a lo más, podemos añadir un comentario, el que añadieron Carlos, Gabriel, Wenceslao y el obispo Enrique: el comentario de la propia vida".+