Pablo VI, Papa 'mártir'
- 18 de enero, 2024
- Roma (Italia) (AICA)
La Librería Editrice Vaticana publicó el libro "Pablo VI, Doctor del Misterio de Cristo". El volumen cuenta con un prefacio del Papa Francisco.
“¡Pablo VI! A menudo se me ha ocurrido pensar si este Papa no debería ser considerado un ‘mártir’”, escribe el Papa Francisco en el prefacio del libro “Pablo VI, Doctor del Misterio de Cristo”, publicado hoy por la Librería Editorial Vaticana, que recoge las homilías que el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, pronunció el 6 de agosto desde 2008 hasta 2014, en el aniversario de la muerte del papa Montini y cuenta también con un epílogo de monseñor Leonardo Sapienza, regente de la Prefectura de la Casa Pontificia.
El Papa cuenta que “en un encuentro privado en las cercanías del rito de beatificación del Papa Montini, se lo dije también al obispo Marcello. Le pregunté, entre serio y jocoso, si en el rito debía llevar vestiduras litúrgicas rojas o blancas. No me entendió y observó que el rojo era el color prescrito para las exequias de los Papas… Le expliqué lo que quería decir y se quedó pensativo conmigo”.
Francisco trae a la memoria que durante el clásico intercambio de felicitaciones navideña con el Colegio Cardenalicio y la Curia Romana, un 15 de diciembre de 1969, el Papa Pablo VI se refirió al hecho de que el Vaticano II había “producido un estado de alerta y, en ciertos aspectos, de tensión espiritual”, incluida la crisis de muchos sacerdotes. En ese contexto dijo: “Esta es nuestra corona de espinas”.
El pontífice resalta el amor que san Pablo VI tenía por la Iglesia y como “la consideraba como el espejo donde vemos a Cristo, el espacio donde nos encontramos con Cristo” y destaca Francisco: “Y es este amor único y absoluto por Cristo lo que el cardenal Semeraro quiso subrayar con sus homilías, contextualizadas en el misterio de la Transfiguración. De Cristo transfigurado, San Pablo VI fue el contemplador, el predicador, el testigo. Se diría que quiso entrar en esa escena evangélica como compañero de los tres apóstoles elegidos por Jesús. Más aún: su deseo íntimo y secreto fue siempre ser ‘cum ipso in monte’ y esto hizo que su vida misma se transfigurara”, escribe el Papa en el prefacio.
Francisco manifiesta su admiración y la atracción que el pensamiento de san Pablo VI tuvo sobre él: “me dieron fuerza espiritual e hicieron tanto bien en mi vida” y confiesa que su primera exhortación apostólica Evangelii gaudium “pretendía ser un poco la otra cara de la moneda de la exhortación Evangelii nuntiandi, un documento pastoral que quiero mucho”.
“¡Contemplar el rostro de Cristo! –concluye el Papa su prefacio-. En la Evangelii gaudium escribí que todo predicador ‘es un contemplativo de la Palabra y también un contemplativo del pueblo’. Quisiera decir que también lo es la Iglesia-sinodal. Contemplativa de la Palabra y también contemplativa del santo pueblo fiel de Dios. Deseo de todo corazón que esto sea también lo que alienten las reflexiones escritas en estas páginas”.+