Obispos hondureños: "Un nuevo horizonte se vislumbra a pesar de las dificultades"
- 16 de junio, 2022
- Tegucigalpa (Honduras) (AICA)
Mensaje del episcopado de Honduras al término de la Asamblea Plenaria en la que fue elegida la nueva comisión directiva para el trienio 2022-2025.
“A pesar de las dificultades, un nuevo horizonte se vislumbra” es la exhortación que los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) dirigen a todo el Pueblo de Dios en un mensaje hecho público al término de su Asamblea Plenaria, en la que se eligió a la nueva directiva para el trienio 2022-2025, resultando monseñor Roberto Camilleri Azzopardi, obispo de Comayagua, nuevo presidente de la CEH; monseñor Darwin Andino, obispo de Santa Rosa de Copán, vicepresidente; y el padre Emigdio Duarte Figueros, secretario general.
“Los saludamos con gozo y les anunciamos con esperanza que tenemos una nueva Directiva, los invitamos a darle gracias a Dios, porque sigue guiando y cuidando a su Iglesia” escriben los obispos, que recuerdan: “como personas de fe, todos estamos llamados a vivir profundamente arraigados en nuestra relación con Dios y, al mismo tiempo, comprometidos en la construcción del presente y el futuro de Honduras".
Los obispos exhortaron a mirar el futuro con confianza, a pesar de las dificultades actuales, y desean aportar sus reflexiones, indicando algunas líneas guía, “para que esta nueva etapa que vive el país no quede atrapada por algunos de los problemas que tradicionalmente han impedido un mejor camino de justicia y desarrollo. Estos problemas crónicos están produciendo una pérdida de esperanza en la población hondureña y están siendo la raíz de la migración, principalmente entre los jóvenes”.
En su mensaje, los obispos subrayan: “Nuestros problemas nacionales no son simplemente coyunturales, sino estructurales. Las estructuras siguen siendo las mismas. La corrupción y la impunidad aún están dejando sombras, que podrían frustrar las legítimas expectativas del electorado, que votó por un cambio necesario”.
Tras reiterar que “el país es de todos, y no de un determinado grupo”, denuncian el revanchismo político, la polarización y la búsqueda del interés propio, que “dañan seriamente la auténtica democracia”.
Solo un diálogo social sincero y una búsqueda del bien común, pueden abrir el camino a una auténtica refundación de Honduras y abrir las puertas a la reconciliación. Para ello, “se necesitan claras líneas de gobierno y la participación de personas competentes y con valores morales”, “nuevas formas de hacer una buena política, profesionalizándola y ocupándose del bien común y de los bienes comunes”.
Los obispos vuelven a centrarse en la construcción de la democracia y en la necesidad de contar con personas capaces de liderar, que sean profesionales, respetuosas y capaces.
Entre los problemas que ha dejado la pandemia y que hay que superar, los obispos señalan el individualismo y la desconfianza. Es necesario continuar con la vacunación y la prevención, al mismo tiempo “se ha de promover un mejor sistema de salud, capaz de ofrecer a los pobres cobertura y calidad sanitaria”.
Otro problema histórico es la mala calidad de la educación, para la que se necesitan soluciones realistas, y “una renovación del sistema educativo, involucrando a todos los sectores afectados. Por último, los obispos consideran necesario que Honduras “se mantenga abierta a todo el mundo, al intercambio cultural y a la cooperación internacional”. Encerrarse en una trinchera ideológica, privaría a los hondureños de los beneficios que la apertura aportaría a todos los sectores y niveles de la vida nacional.
Los obispos concluyen su mensaje invocando al Señor y a su Madre, la Virgen María, para que inspiren en la sociedad hondureña la voluntad de “dejar a un lado todo lo que nos enfrenta y divide, para caminar juntos hacia un horizonte de verdad, justicia, amor y paz.”+