Jueves 14 de noviembre de 2024

En Nicaragua, envían a juicio al obispo Rolando Álvarez

  • 11 de enero, 2023
  • Managua (Nicaragua) (AICA)
En otro acto de persecución hacia la Iglesia católica, fue enviado a juicio el obispo de Matagalpa, acusado de conspirar en contra del régimen de Daniel Ortega.
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El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, muy crítico respecto del régimen de Daniel Ortega, fue enviado este martes a juicio, para responder por los presuntos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y de propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense.

La jueza del décimo distrito penal de Managua, Gloria María Saavedra Corrales, remitió la causa a juicio y mantuvo el arresto domiciliario contra el prelado, primer obispo arrestado y acusado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua, en 2007, el cual se encuentra detenido desde el 19 de agosto pasado.

El pasado 13 de diciembre, la jueza admitió la acusación presentada por el fiscal especial del caso, Manuel Rugama, contra el obispo Álvarez, le nombró un defensor de oficio, le decretó arresto domiciliario y programó audiencia inicial para este 10 de enero.

A través de una declaración, la Dirección de Prensa y Relaciones Públicas del Complejo Judicial Central de Managua explicó que, este martes, “se llevó a cabo la audiencia inicial del proceso penal, a la que compareció Rolando José Álvarez Lagos en su calidad de acusado”, por los delitos de conspiración y propagación de noticias falsas.

Será la jueza Saavedra Corrales quien decida si manda el caso a juicio oral y público, y si mantiene o no en prisión preventiva al obispo. 

Una hermana del diocesano, Vilma Esperanza Álvarez Lagos, solicitó a la jueza el nombramiento de una defensa técnica, según consta en el informe del caso. En la misma causa, se encuentra acusado el sacerdote exiliado Uriel Antonio Vallejos, "quien es prófugo de la justicia," y respecto de quien la autoridad judicial giró oficio a Interpol para su captura, según el parte judicial.

Por su lado, católicos de la diócesis de Matagalpa invitaron, a través de sus redes sociales, a una jornada de oración permanente por el juicio contra el jerarca católico.

Álvarez Lagos, de 56 años, es obispo de esa jurisdicción y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua. Fue detenido la madrugada del viernes 19 de agosto por agentes policiales en su palacio episcopal, junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo.

La Policía de Nicaragua, dirigida por Francisco Díaz, consuegro de Ortega, acusó al obispo de intentar “organizar grupos violentos”, supuestamente “con el propósito de desestabilizar el Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.

En octubre pasado, Ortega arremetió contra la Iglesia católica: la acusó de no practicar la democracia, de ser una “dictadura” y una “tiranía perfecta”, y de haber utilizado “a los obispos en Nicaragua para dar un golpe de Estado” a su Gobierno, en el marco de las manifestaciones que estallaron en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social.

El año pasado, el régimen sandinista expulsó del país al nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, y a 18 religiosas pertenecientes a las Misioneras de la Caridad, congregación fundada por la Madre Teresa de Calcuta.

También llevó a prisión a siete sacerdotes y dos colaboradores de la diócesis de Matagalpa, cerró nueve estaciones de radio católicas y sacó de la programación de la televisión por suscripción tres canales católicos, ademása de haber impedido procesiones y romerías.

En 2022, la Iglesia católica registró un pico inédito de agresiones por parte del régimen de Daniel Ortega. Según un estudio de la investigadora independiente Marta Patricia Molina, hasta noviembre del año pasado se habían registrado ya 127 agresiones en su contra.

“Los ataques a la iglesia se van incrementado, y esto se debe que, como institución, es el último bastión que ha quedado en la lucha cívica en Nicaragua, y la dictadura la está viendo como una amenaza, porque los sacerdotes y obispos siguen denunciando las arbitrariedades que se están cometiendo”, explicó Molina.

La comunidad católica representa el 58,5% de los 6,6 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional.+