Myanmar: La Iglesia reitera su llamado a la paz y a la justicia para salir de la crisis
- 24 de agosto, 2021
- Yangon (Myanmar) (AICA)
"Un gobierno que no obtiene su legitimidad del pueblo no tiene legitimidad ante Dios", señaló el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y presidente del episcopado birmano.
El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Myanmar lanzó un llamado público por la paz y la justicia, ante la crítica situación que vive el país, iniciada tras el golpe militar del 1 de febrero y la consiguiente agitación política, económica y social con protestas diarias contra el gobierno y una dura represión por parte de las fuerzas de seguridad.
En la homilía pronunciada durante la misa del domingo 22 de agosto, el cardenal Bo remarcó que “un gobierno que no obtiene su legitimidad del pueblo no tiene legitimidad ante Dios”. “El verdadero poder, como dice a menudo el papa Francisco proviene del servicio. No imponiendo a la fuerza el poder sobre los inocentes”, aseguró.
“En cualquier país justo, el gobierno no está por encima del pueblo. El gobierno es un ojo, la población es el otro ojo, juntos tienen la misma visión”, indicó el arzobispo quien recordó que “la nación debe construirse sobre la justicia. Todo lo demás es idolatría”.
El cardenal Bo expresó su pesar por la situación del país “nacido con el gran sueño de paz y prosperidad para todos”. “Hemos visto prevalecer los intereses egoístas de unos pocos que robaron a millones de personas el pan de la paz, el pan de vida y el pan de la prosperidad”, lamentó.
Tras señalar que los poderosos traicionaron los ideales de justicia y paz, el cardenal destacó que se han dejado llevar por sus ídolos, es decir por “el poder, las posesiones y la riqueza extrema”, que crean “injusticia económica y ambiental”.
El purpurado birmano subrayó que “la idolatría ha superado los grandes ideales de 'metta' y 'karuna' ('amor' y 'compasión')”, típicos de la cultura budista. “Durante las últimas siete décadas, estos adoradores de ídolos han robado el ideal de una nación construida sobre la base de la paz y la prosperidad para todos. Un sueño se ha convertido en una pesadilla” y condenó una vez más “la agonía humana por las numerosas muertes en el país golpeado por el golpe en los últimos seis meses”.
En esta coyuntura ya marcada por el sufrimiento, el cardenal también recordó el agravamiento de la crisis del coronavirus (con cerca de 4.000 nuevos contagios al día) que devasta al país, mientras que el servicio de salud se encuentra en graves dificultades, dada la adhesión de miles de médicos y enfermeras al movimiento masivo de desobediencia civil.
El arzobispo de Yangón elogió el servicio de los “trabajadores en primera línea” y de los voluntarios, incluidos los católicos, en los centros médicos. Definió este compromiso como “el mayor testimonio humanitario” en tiempos de pandemia. “Una vez más el pueblo de Myanmar ha demostrado que es un gran testimonio de generosidad a través de las muchas personas que se han ofrecido para ayudar a los más afectados”.
El prelado exhortó a “no perder la humanidad”, sino a “comprender, a través de todas las pruebas, qué es lo ideal y qué es un ídolo”. “Nuestra peregrinación hacia el respeto a la dignidad humana es una larga marcha que solo puede sostenerse con las palabras de vida eterna, solo gracias al Pan que ha bajado del cielo”, concluyó.+