Mons. Torres animó a la paciencia: "El amor todo lo soporta"
- 14 de octubre, 2020
- Córdoba (AICA)
El obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Pedro Torres, compartió sus reflexiones en una columna en el diario "La Voz".
Con el título “El amor todo lo soporta”, el obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Pedro Torres, compartió sus reflexiones en el diario “La Voz”.
El prelado comenzó su reflexión recordando una estrofa de la oración de Santa Teresa, doctora de la Iglesia Católica: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: sólo Dios basta”.
“Teresa se asienta en su experiencia espiritual y en la enseñanza de los santos y pensadores de los primeros siglos; de hecho, San Agustín, San Cipriano y Tertuliano escribieron tratados sobre la paciencia. Este último llegó a denominarla ‘madre de la misericordia y de todas las virtudes’”, recordó.
“Si en el mundo precristiano ya se sabía que no es una virtud para los débiles, sino constancia valerosa en la prueba, en la Biblia aparece como profundamente religiosa, fundada en la confianza en Dios que nos libra del mal”, señaló.
“Esta dimensión eminentemente activa que corrige la impaciencia y la insensibilidad es subrayada en nuestros tiempos por el papa Francisco, quien llega a decir que tener paciencia no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos, y destaca también su necesidad para el diálogo y la fraternidad”, destacó el obispo.
La serenidad frente a la adversidad, consideró, “constituye a la paciencia en una virtud cotidiana, que se ejercita en los vínculos más cercanos, en los roces y en las heridas que nos provocamos en la convivencia diaria”.
“Nos permite también sobrellevar los momentos en los que la incertidumbre nos provoca temor y tristeza por la amenaza o pérdida de la salud, del sustento económico o de los proyectos que llenaban nuestras ilusiones”, añadió.
Por otro lado, señaló: “También se requiere de la paciencia en la vida social, ya sea por la falta de empatía en las relaciones e incluso cuando aparece la insatisfacción frente a autoridades que deciden cosas tan importantes como limitar derechos y libertades inherentes a nuestra dignidad y bienestar por tiempos muy prolongados o con métodos dudosamente constitucionales, con escaso diálogo y consecuencias graves, con acento más en lo punitivo que en lo educativo. La paciencia ayuda en estos casos a privilegiar la paz y la convivencia social cultivando la esperanza”.
“Hay quienes incluso se enojan con Dios… Acojamos entonces la centralidad del amor, un amor que lo soporta todo”, concluyó.+