Mons. Torrado Mosconi animó a anunciar y testimoniar un tiempo nuevo de esperanza
- 11 de abril, 2025
- Nueve de Julio (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Nueve de Julio hizo este llamado durante la Misa Crismal en la catedral Santo Domingo de Guzmán. En el contexto del Año Santo, se celebró el Jubileo de la Vida Consagrada en la diócesis.

El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, presidió el 10 de abril la Misa Crismal en la catedral Santo Domingo, en la que participaron sacerdotes y diáconos, religiosos y fieles laicos de la diócesis.
En el contexto del Año Santo, la comunidad diocesana también celebró el Jubileo de la Vida Consagrada.
A media tarde religiosas, laicos consagrados, seminaristas, diáconos y presbíteros junto a monseñor Torrado Mosconi, tuvieron un encuentro en el Centro pastoral "Cardenal Pironio" para compartir una merienda y un momento de reflexión.
Luego se trasladaron al santuario diocesano Nuestra Señora de Fátima, donde se meditó a partir de la imagen bíblica de la lámpara encendida como ícono de la vida religiosa y el ministerio pastoral llamado a llevar la luz de la esperanza al mundo actual.
En la homilía de la Misa Crismal, el pastor diocesano comentó la cita evangélica del "año de gracia del Señor" e invitó a contemplar las imágenes que evoca el logotipo del jubileo: las olas, la barca y el ancla.
De cada una de ellas, el obispo extrajo una enseñanza para la actual situación diocesana, refiriéndolas particularmente a los sacerdotes que renovaron sus promesas de ordenación y a los consagrados que celebraron su jubileo.
"Tiempo de gracia, particularmente en este Año Santo Jubilar 2025 de la esperanza, en el cual somos convocados a una profunda renovación personal y comunitaria recorriendo el camino de la conversión y la reconciliación, del perdón y la paz, mediante el don de la misericordia y la indulgencia", recordó.
Tras referirse a las imágenes de las olas, la barca y el ancla, subrayó: "Hecha de silencio y contemplación, franqueza y humildad, esta vida interior, nos dará el aliento y la serenidad, el equilibrio y la pasión, la clarividencia y la fortaleza para renovarnos en la 'alegría del Evangelio' y en la 'pasión por la evangelización'".
Por último, monseñor Torrado Mosconi recordó la figura del beato Eduardo Pironio, quien fue bautizado en la catedral local: "Tan probado en la virtud de la esperanza y sobre la cual predicó incansablemente al punto de ser llamado 'profeta de la esperanza' todo un modelo para nosotros", aseguró.
La misa continuó con la renovación de las promesas sacerdotales de los presbíteros presentes, la bendición de los óleos de los catecúmenos y de los enfermos junto a la consagración del santo crisma por parte del obispo.
Luego de la Comunión, con motivo del Jubileo de la Vida Consagrada, las religiosas, vírgenes y laicas consagradas renovaron sus votos de obediencia, pobreza y castidad y se encomendaron a la Santísima Virgen.
Al final de la celebración eucarística monseñor Ariel impartió la bendición papal con indulgencia plenaria.
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