Mons. Stanovnik animó al nuevo sacerdote a emprender la misión
- 1 de diciembre, 2021
- Corrientes (AICA)
El arzobispo de Corrientes recordó al presbítero Oscar Alfredo Luna que el poder que tiene el sacerdote debe estar orientado a la unión de la comunidad, a la participación activa y a la misión.
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, ordenó sacerdote al diácono Oscar Alfredo Luna el viernes 26 de noviembre en la catedral Nuestra Señora del Rosario.
"'Aquí estoy', dijo el diácono Oscar, hace un momento cuando lo llamaron como candidato para ser ordenado presbítero. Esa respuesta breve pero decisiva se lleva al hombro por así decir la vida entera. Aquí estoy para poner toda mi vida a disposición de esta misión", destacó en la homilía.
El arzobispo correntino hizo referencia también al lema “Para que tengan vida y vida en abundancia” elegido por Luna para iluminar el camino de su ministerio sacerdotal.
Dirigiéndose al diácono, antes del rito de ordenación, monseñor Stanovnik expresó: "Querido Oscar, tenés que vivir muy unido a Jesús, Buen Pastor, para que el poder que recibís esté totalmente orientado al servicio de la vida del pueblo de Dios, y no se desvíe hacia fines egoístas".
"Que ese 'aquí estoy' vaya abarcando y consumiendo todas tus horas y hasta el final de tus días, en un humilde y generoso servicio para que aquellos que sean confiados a tu cuidado pastoral tengan vida en abundancia. Que jamás se borre de tu mente ni se desarraigue de tu corazón el ejemplo de Jesús, que se levantó de la mesa y se puso a lavar los pies a sus discípulos, y luego les dijo: 'Les he dado el ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes'”, le aconsejó.
Monseñor Stanovnik valoró que sea ordenado sacerdote en "plena preparación al Sínodo, que convocó el papa Francisco para que todo el pueblo de Dios reflexione sobre 'Una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión'", y consideró: "En otras palabras, el Santo Padre nos está invitando a repensar juntos nuestro modo de 'caminar juntos' todos: fieles laicos, diáconos, personas consagradas, sacerdotes, obispos".
"El poder que tiene el sacerdote debe estar orientado a la unión de la comunidad, a la participación activa y responsable de todos, y a la misión, porque no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído en la experiencia gozosa del encuentro, donde todos tienen su lugar, y donde entre todos cuidamos a los más vulnerables y soportamos a los que ponen a prueba nuestra paciencia. Solo el amor verdadero, que se distingue porque entrega vida, crea familia, comunidad y entusiasma la misión", subrayó.
Por último, el arzobispo de Corrientes invitó a mirar a San José y recordar estas hermosas palabras: “Sólo cuando un amor es casto es un verdadero amor. El amor que quiere poseer, al final, siempre se vuelve peligroso, aprisiona, sofoca, hace infeliz. Dios mismo amó al hombre con amor casto, dejándolo libre incluso para equivocarse y ponerse en contra suya. La lógica del amor es siempre una lógica de libertad, y José fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso en el centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida”.
"Que nuestra Tierna Madre de Itatí te acompañe y proteja tu vida y ministerio sacerdotal", pidió en el final de su predicación.
» Texto completo de la homilía
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