Jueves 26 de diciembre de 2024

Mons. Scheinig ordenará un nuevo sacerdote para Mercedes-Luján

  • 15 de diciembre, 2020
  • Mercedes (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, ordenará sacerdote al diácono Sebastián Ríos el viernes 18 de diciembre en la parroquia San Marcos Evangelista, de Marcos Paz.
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El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, comunicó que el diácono Sebastián Ríos recibirá su ordenación sacerdotal el viernes 18 de diciembre a las 19 en la parroquia San Marcos Evangelista, de la ciudad de Marcos Paz. 

“Esta fecha, muy entrada al final del año, la hemos puesto por la pandemia y las medidas sanitarias conocidas. He tenido el propósito de esperar un tiempo en el que se pudieran realizar celebraciones con mayor participación de personas y así poder acompañar más de cerca a Sebastián. Recordemos que la ordenación diaconal, en el mes de marzo pasado, tuvo que realizarse en privado en el seminario”, expresó el obispo en el comunicado.

“Sebastián es un hombre de Mercedes, su familia vive aquí, se ha formado en nuestro seminario y en diversas tareas pastorales en parroquias de la arquidiócesis.  Me consta que ha hecho un camino de formación y discernimiento muy lleno de Dios y que le ha permitido madurar su total disponibilidad y entrega al servicio de nuestra Iglesia y del Reino de Dios”, destacó el arzobispo. “Cada vez que un hermano nuestro decide libremente decirle que sí al Señor es para toda la arquidiócesis un motivo de alegría y de esperanza ya que vemos que el Padre sigue llamando con infinito amor, y algunos jóvenes también le responden que sí”, reconoció.

En ese sentido, monseñor Scheinig pidió a la comunidad que se una en oración por Sebastián,  “para que su corazón sea semejante al corazón de Jesús y sea un buen sacerdote. Recemos también para que el Señor siga regalándonos vocaciones sacerdotales. Que María de Luján, como madre nuestra, cuide a Sebastián en todas las circunstancias de su vida”.

En diálogo con AICA, el futuro sacerdote expresó: "En vista a mi próxima ordenación, y más cerca de la fecha, uno comienza a decantar el alma y deja que todo lo vivido en este tiempo de preparación, en el seminario, en las comunidades que he ido conociendo y amando, en el hacer camino con tanta gente, vayan tejiendo el rostro de Dios en mi corazón, haciéndome reparar en lo más importante: en Él y en su llamado”. 

En este tiempo de preparación, reconoció, “vengo experimentando un itinerario espiritual intenso y profundo en el que he vuelto a oír la voz del Señor. Uno de los verbos que más se repiten en la Biblia es el verbo ‘escuchar’, y en ese principio se funda la raíz de mi vida espiritual, en escuchar la voz de Dios y tratar de responder a su voz”. 

“Los ecos de una voz deben ser profundos para generar una respuesta radical y esa profundidad sólo la da la certeza de saber que la voz es la voz del amado. Amo a Jesús y ante su Palabra no puedo más que contemplar y alabar su invitación a seguirlo", afirmó el diácono.

En cuanto a su lema de ordenación presbiteral detalló que está tomado del capítulo 15 del Evangelio de Juan: “Permanezcan en mi amor”. Al respecto expresó: “Para Juan toda la vida cristiana consiste en permanecer en Él, porque sin Él no solo ‘nada podemos hacer’, sino que no somos nada”. 

“Permanecer significa creer en Él, significa amarlo a Él, significa encontrarlo y servirlo en su pueblo amado, significa sencillamente estar con Él. De eso se trata, de estar con Él para estar con otros, estar con Él para encontrar a todos”, continuó. “Esto nos da un gran consuelo, debido a que soy muy consciente de mis debilidades, de mi pecado y mi fragilidad. En este sentido, permanecer en Él es descansar en Él, en su corazón manso y humilde, la vida cansada y gastada para ser reconfortada, resucitada. Por eso elegí este lema”.

Como futuro sacerdote, Sebastián reconoció: “Tengo un sueño: que todos puedan conocer el amor de Dios, enamorarse de Él y así sanar y redescubrirse amados. Para eso pido al Señor, como el rey Salomón en su sueño en Gabaón, un corazón que escuche, un corazón capaz de abrirse y comunicar vida. Para eso pido también la gracia de amar al pueblo de Dios, cuidarlo y no lastimarlo, iluminarlo y no oscurecerlo, acompañarlo y no estorbarlo, sostener su esperanza y no desalentarlo, ser un signo fiel y misericordioso de Jesús en medio de su rebaño", concluyó.+