Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Scheinig: El Reino empieza a germinar en lo profundo del corazón

  • 22 de julio, 2020
  • Luján (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió la Eucaristía del XVI Domingo durante el año en la basílica y santuario de Nuestra Señora de Luján.
Doná a AICA.org

El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió el domingo 19 de julio la Eucaristía en la basílica y santuario de Nuestra Señora de Luján.

“Le pedimos constantemente al Señor que venga a su Reino, que es lo mismo que decirle que se haga su plan, su voluntad. El Señor tiene un sueño para el mundo, para cada uno de nosotros. Dios no es alguien ajeno a la historia. Él tiene un plan, que es un plan de salvación, no de condenación. Pero junto al plan de Dios convive el mal y entonces Jesús nos va a ir revelando qué significa el Reino de Dios”, expresó el prelado en el comienzo de su homilía.

“El mismo Jesús nos dice: ‘Yo quiero revelarles lo que estaba escondido desde la creación’. El Señor es el revelador del plan de Dios, es el que quita el velo, lo escuchamos a él y vamos entendiendo cuál es el sueño de Dios”, afirmó, y destacó que en esta ocasión lo hace por medio de parábolas, de comparaciones. “Quien está abierto al misterio, lo entiende, al que está cerrado, lo confunde”, advirtió.

“El domingo pasado leímos la parábola del sembrador, hoy leemos tres parábolas, el trigo y la cizaña, el grano de mostaza, la levadura”, destacó. “El Reino está: está en la historia, está en el mundo, esto es una verdad fundamental para Jesucristo y para los que creemos en Él”, aseguró. “Dios está, está presente, está presente en la Palabra, está presente en el pan, en el vino, y está presente en la calle, en los buenos gestos, en las buenas personas, en todas las acciones de bien, que hacen bien, el Reino está presente aún en los lugares que uno ni se imaginaría”, consideró.
En ese sentido, advirtió: “Pero también está el mal, está la cizaña, hay personas que escandalizan, dice el Evangelio, es decir, hay personas que incitan al pecado, al mal”.

Al respecto, planteó qué hacer: “Arrancar la cizaña es una tentación, es una tentación de los fundamentalistas que a lo largo de la historia se han ido repitiendo”, señaló, y ante esto llamó a “ejercitar la paciencia que tiene Dios”. 

“En la primera lectura del libro de la Sabiduría se nos dice que Dios es todo poderoso, es fuerte y ¿en dónde está la fuerza de Dios?: en su clemencia  y en su misericordia”, destacó. “Ser paciente es tener la capacidad de pasar las dificultades confiando en que la vida puede cambiar, que todos podemos cambiar”.

Finalmente, el prelado invitó “a ver nuestro alrededor, a no dejarse atrapar por la visión de la cizaña, también hay granos de mostaza en nuestro alrededor.  Por eso paciencia y esperanza”, aconsejó.

“El trabajo es adentro del corazón, ahí empieza a germinar el Reino, adentro de nuestro corazón, pero también adentro de las realidades, ahí hay que llevar al Reino”, aseguró, porque “el Reino no está en la superficialidad de las cosas, el reino es como la levadura, necesita ir a lo profundo, a lo hondo de la vida, a lo hondo de las situaciones, ahí hay que instalar el Reino, ésa es la habilidad de los evangelizadores”.

"No alcanza con un barniz superficial sobre la realidad, hay que tener la capacidad de ir adentro de la vida, ahí donde se cocina lo profundo de la vida, ahí hay que llevar la levadura, el Reino”.

“Son tiempos de mucho cansancio, de mucha intolerancia, de mucha irritación y de mucha violencia y  nosotros los cristianos tenemos que apostar por otra cosa, por un Reino que se dilata en esa capacidad de esperarnos pacientemente con la clemencia y la misericordia de Dios pero con fuerza, pero también la capacidad que tengamos de ir adentro de las realidades”, sostuvo.

“Los invito en este día a pedirle al Señor el don de la paciencia, de la esperanza y de la interioridad, de la hondura. Pidámoslo con fe”, concluyó.+