Mons. Rossi: Todavía "estamos a tiempo" de hacer algo por quienes sufren necesidad
- 27 de septiembre, 2022
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba lo recordó tras lamentar la "vergonzosa" escena de los funcionarios y empresarios reunidos por el "drama" de las figuritas y no para suavizar las penurias de los jubilados.
El arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, consideró que la parábola de este domingo es muy exigente y una especie de imperativo: “Despiértense, todavía estamos a tiempo”, y la definió como una exhortación al amor a los pobres y la responsabilidad que debemos tener frente a la necesidad de los demás.
“Por un lado, a gran escala, lo que Juan Pablo II llamaba la caridad de las naciones, que hace falta. Fíjense, solamente en este tiempo donde vemos escenas de guerra tan miserables; no solo por la guerra sino por todo lo que implica y lo que moviliza estas cosas, que es el comercio de armas”, puntualizó en su homilía dominical.
Tras invitar a recordar que “con el 10% de lo que se gasta en armamentos se podría terminar el hambre en el mundo”, lamentó que el hambre en el mundo es una opción, lo cual es muy triste”.
El arzobispo cordobés habló de otra escena más local “no tan tremenda, pero vergonzosa: la reunión de cuatro funcionarios del Estado con empresarios y kiosqueros para resolver ‘el drama’ o ‘la tragedia” de la falta de figuritas del Mundial”.
“Se dice que el último grado de la corrupción es cuando se pierde el pudor; lo grotesco, cuando se cae en la desfachatez, y acá se cumplió”, aseveró.
“No hemos escuchado –lamentó- que se reunieran algunos funcionarios, empresarios y a veces también la Iglesia, para suavizar las penurias de los jubilados que tienen que optar por un remedio o comer; o para reestablecer la atención digna de los discapacitados en este tiempo desatendidos, demorando la ayuda material de quienes los atienden; o para atender, no la carencia de figuritas, sino de gasas en los hospitales”.
Tras subrayar que “esto es a gran escala y también en el ámbito reducido de nuestra vida diaria”, insistió en la idea inicial de su reflexión sobre los textos dominicales de que “no se nos pase la oportunidad”.
Monseñor Rossi citó luego a Benedicto XVI, quien en su encíclica sobre la caridad definía al cristiano como “un corazón que ve y obra en consecuencia con las manos” y completó: “Es ver con el corazón y hacerse cargo, saber si el otro está bien o cuál es su necesidad. Este es el desafío”.+