Mons. Ojea: "La vida es tiempo de encuentro"

"Estamos hechos para un encuentro, vivimos para los encuentros, estamos hechos para el amor", recordó Mons. Ojea y llamó a la coherencia entre lo que se dice y se hace, además de amar de verdad.

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, aseguró que una de las principales enseñanzas de la parábola de las diez vírgenes, que se lee este domingo, es que " la vida no es tiempo que pasa, sino que es tiempo de encuentro”.

"Estamos hechos para un encuentro, vivimos para los encuentros, estamos hechos para el amor”, sostuvo citando la encíclica Fratelli tutti, recientemente presentada por el papa Francisco.

“El amor tiende a expandirse”, destacó, y agregó: "El amor dilata el corazón; un amor profundo nos hace mejores hermanos, mejores padres, mejores hijos, mejores esposos, esposas, mejores amigos, mejores amigas, mejores personas”.

Refiriéndose a la imagen del aceite y a la luz de las lámparas, el prelado sanisidrense afirmó: “Cuando amamos, el amor es una fuerza incontenible que tiende a crecer, nos hace crecer como personas, pero además hace crecer el radio de nuestros vínculos, esto significa el ‘aceite’ que hace posible tener la luz encendida y dejarse sorprender cuando viene el esposo”.

"Que nosotros podamos aprender a ser coherentes en nuestra vida como lo fueron estas vírgenes prudentes", subrayó, y completó: "La coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, eso también es luz, eso también es nobleza de espíritu”.

El obispo apela a una cita del Evangelio de San Mateo al referirse al momento en que las vírgenes necias, ante la puerta ya cerrada, le reclaman a Dios para que les abra: "No todo el que me dice ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumple con la voluntad de mi Padre que está en el cielo”.

Por último, monseñor Ojea rogó para que “podamos ser coherentes, podamos amar de verdad, estamos hechos para eso” y para que “podamos hacer expandir el amor en nuestra vida”.+