Mons. Ojea invita a detenerse a valorar la Eucaristía
- 6 de junio, 2021
- San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Que podamos también ser sembradores de esperanza, partiendo del pan y entregándonos según esa primera entrega y ese primer encuentro que quiere el Señor", anheló el obispo de San Isidro.
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, comienza su mensaje para la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo expresando: “En este tiempo doloroso y cansador de la pandemia hemos valorado todas aquellas cosas que no podemos tener; el abrazo de los hijos, de los nietos, de los amigos; la cercanía”.
“La Iglesia hoy quiere detenerse para valorar la Eucaristía. Hay un camino de ida a la Eucaristía y un camino que parte de la Eucaristía. La Eucaristía es una invitación a un encuentro profundo con el Señor. El Señor lo desea ardientemente, así dice el Evangelio de San Lucas: ‘he deseado ardientemente comer esta pascua con ustedes antes de mi pasión’”.
“En este encuentro -puntualizó el prerlado- el Señor quiere ponerse en nuestro nivel, se bajó a sí mismo para poder entrar en nuestro corazón, para poder acompañar nuestra vida y se humilló de tal modo hasta hacerse pan y querer entrar en nuestras entrañas como un alimento, se partió, se rompió por nosotros y quiso entrar y acompañar nuestra vida de esta manera”.
El obispo recordó que “hay también un camino que parte de la Eucaristía, que es el camino de hacerse pan. Si hemos aceptado este encuentro, si hemos aceptado la comunión con el Señor también aceptamos la comunión con los hermanos”.
“También nosotros tenemos que partirnos como el pan bueno que se da y se parte; pero claro, para partirse hay que tener conciencia de la fragilidad. Frágil es lo que se puede partir y lo que se puede romper y por eso nosotros, frágiles, nos proponemos vivir el servicio de la caridad fraterna”, sostuvo. Monseñor Ojea aseguró que “esto es lo que da esperanza” y señaló: “Los peregrinos de Emaús lo reconocieron a partir del pan; vieron la resurrección, redescubrieron la fe y la esperanza“.
“Que nosotros podamos también ser sembradores de esperanza, partiendo del pan y entregándonos según esa primera entrega y ese primer encuentro que quiere el Señor”, concluyó.+