Mons. Ojea destacó la creatividad de los trabajadores y pidió que nunca falte el pan
- 30 de abril, 2021
- San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El presidente del episcopado bendijo a los todos los trabajadores argentinos en su día y le pidió a San José Obrero que no se ahonde la falta de fuentes de empleo en el actual contexto de la pandemia.
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, expresó la cercanía de la Iglesia con el pueblo trabajador en un mensaje con la víspera de la fiesta de San José Obrero y el Día del Trabajador.
El prelado sanisidrense dirigió su mensaje “a los trabajadores asalariados, a los trabajadores de la economía popular, a los que buscan trabajo y no lo encuentran, a los que ya han trabajado y merecen el descanso después del trabajo, pero que son trabajadores; a los que de alguna manera inventan el trabajo, en esta gran capacidad creativa que tiene el trabajador y que tuvo San José”.
“Como dice el Santo Padre en la carta de San José, la creatividad es uno de los grandes dones de este padre trabajador del niño Jesús. Hay que ser creativo para armar un pesebre cuando no se encuentra lugar para el nacimiento en las posadas. Hay que ser creativo también cuando se va al exilio, cuando se es migrante y hay que aprender otro idioma, hay que buscar otro oficio para poder mantenerse”, destacó.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina continuó su mensaje destacando que “la creatividad es una de las grandes características de nuestro pueblo argentino. El trabajo es el gran organizador de la vida; para todos los que todavía no lo hacen y que se preparan para trabajar que vayamos aprendiendo que es imposible vivir sin este ordenador maravilloso de nuestra vida humana. Para eso hace falta la creación de fuentes de trabajo”.
Hacia el final de su mensaje, monseñor Ojea rezó: “Le pedimos a San José esta gracia, que esta pandemia que nos ha castigado tanto no ahonde las faltas de fuentes de trabajo, y bendiga a nuestro pueblo trabajador en todas estas etapas que hemos nombrado. Que Dios los bendiga, que nunca falte el pan en la mesa de casa, ese pan que se gana con el sudor de la frente y tantas veces con el sudor del corazón por las injustas condiciones de trabajo en las que vivimos”.+