Mons. Mestre: Un domingo especial para asumir el desafío de seguirlo

"Seguimiento, redes e inmediatamente", fueron las tres palabras tomadas por el obispo de Mar del Plata para su homilía del Domingo de la Palabra de Dios.

El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre, predicó en el tercer domingo durante el año, 24 de enero, Domingo de la Palabra de Dios, con sus habituales tres puntitos, “una gran oportunidad para profundizar nuestra comunión y comunicación espiritual con el Dios que es Palabra a través de la lectura y oración con la Sagrada Escritura: Palabra de Dios escrita”.

A la luz de los textos bíblicos, optó por tres palabras: seguimiento, redes e inmediatamente:

Dios llama siempre a su seguimiento
En el primer punto, el obispo marplatense explicó que el “llamado vocacional” no es solo para los consagrados, sino también para los laicos “en la vida activa o contemplativa; varones y mujeres; más jóvenes o más adultos”. Porque “todos somos llamados por Dios a vivir un proyecto de vida según sus designios, un proyecto de vida que tiene como elemento esencial seguirlo a Él”, y este domingo es especial para asumir con entusiasmo el desafío de seguirlo.

En medio de las “redes” de la vida
Las redes, que aparecen tres veces en el relato, no son las redes sociales. Sin embargo, “simbólicamente, las redes representan la experiencia de lo cotidiano”. Y es justamente allí “donde el Señor se manifiesta y los llama a su seguimiento”. Estas redes simbolizan, además, “las mismas complicaciones y enredos de la vida”, que también son parte de la vida cotidiana. Dios “nos habla en las mismas experiencias de nuestra vida cotidiana, en las redes de lo habitual de nuestra existencia. Allí, en las buenas y en las malas, nos muestra su voluntad y nos estimula a dar una verdadera respuesta”. 

Esperando que reaccionemos inmediatamente
Finalmente, la tercera palabra, del griego euthis, se puede traducir “al momento, presurosos, en seguida, al instante, con prontitud, raudamente”. El obispo de Mar del Plata dijo: “Así debe ser nuestra respuesta”, comparándonos con María que “parte sin demora”:  Ser dueños de nuestro tiempo presente y convertirnos, cambiar, potenciar, modificar, mejorar todo lo que el Señor nos vaya mostrando como llamado vocacional en las circunstancias concretas y cotidianas de la vida. Y ahí, responder a Dios de forma inmediata”.+