Mons. Mestre: Sostenidos por el Señor, más pacientes y humildes
- 8 de julio, 2020
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó con las lecturas del domingo 5 de julio, e introdujo tres palabras para comprender el Evangelio: "Alabar", "descansar" y "aprender".
El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó con las lecturas del domingo 14° durante el año, e invitó a observar tres palabras para comprender el Evangelio: “Alabar”, “descansar” y “aprender”.
Al comenzar, explicó: “En los primeros tres versículos encontramos una bellísima oración de alabanza que Nuestro Señor Jesucristo, en su naturaleza humana, eleva al Padre Dios”. Luego definió el texto con palabras que “invitan a la confianza, la paz y la serenidad”.
Alabar al Padre Dios
El primer punto lo definió con el verbo que utiliza Jesús y explicó su significado: “dar gracias y bendecir, confesando y reconociendo grandeza y poder”. Monseñor Mestre expresó: “¡Es magnífico! El Señor en su naturaleza humana entra en intimidad con Dios Padre a través de esta oración de alabanza que tiene como fruto las palabras que siguen que nos hablan de la comunión y el conocimiento recíproco entre el Padre y el Hijo”. Por eso, animó: “Somos invitados a alabar a Dios desde lo más profundo de nuestro corazón”.
Descansar en Jesús
El obispo de Mar del Plata mencionó el segundo verbo que significa “alivio pero con un fuerte matiz de descanso y respiro en medio de lo arduo y agitado de la vida”. Recordando las palabras de Jesús “¡Vengan a mí!”, anunció que en Jesús encontramos “verdadero alivio, descanso, consuelo, serenidad, desahogo, respiro, distensión…”. Y animó a descansar tanto de las “cargas físicas” como de las “cargas de la ley”.
Aprender del Señor
Finalmente, destacó el ejemplo de Jesús en paciencia y humildad. Pero aclaró: “Aprender aparece en tercer lugar. Luego de alabar a Dios y de descansar en Jesús estaremos en condiciones de conjugar el verbo aprender”. Esto significa “estar en camino, en tensión a algo mejor aunque nos cueste todavía”. Monseñor Mestre exclamó: “¡Cuánta falta le hace a nuestro mundo crecer en paciencia y humildad! Estas dos virtudes ni siquiera son valoradas sino que se impone muchas veces como valor lo contrario: impaciencia y soberbia”. Por eso, animó a sostenerse por la gracia del Señor y “crecer cada día más para ser pacientes y humildes como Jesús”.+