Mons. Mestre: "No solo hacer profesión de fe sino también profesión de amor en el Señor"
- 4 de mayo, 2022
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata reflexionó en tres puntitos sobre el Evangelio correspondiente al tercer domingo de Pascua.
El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre, propuso tres puntitos para reflexionar y sintetizar en tres palabras (desánimo, confianza y compromiso), dos partes bien diferencias pero relacionadas entre sí que surgen de la narración evangélica del pasado tercer domingo de Pascua.
En la primera parte, explicó, “tenemos este desbordante episodio en el que los discípulos redescubren la presencia del Señor resucitado y en los textos evangélicos están relatadas dos pescas milagrosas”. Mientras que “en la segunda parte del relato la acción se concentra en Jesús y Pedro. Allí el Señor le da la posibilidad de ratificar tres veces que realmente lo ama. La respuesta positiva de Pedro lleva a una reflexión clara de Jesús que le revela cuál va a ser su suerte: Pedro va a morir por Cristo y honrando a Dios”.
Desánimo: “Voy a pescar”
Con respecto a la primera palabra, monseñor Mestre explicó que bien “podemos intuir la situación de desánimo y desesperanza de Pedro y los demás discípulos. Apostaron su vida al Señor y este ha muerto y, aparentemente, se terminó todo… Es tal esa angustia que Pedro decide volver atrás. Vuelve a pescar que era la tarea que realizaba antes de que el Señor lo llamara a ser pescador de hombres. Y los demás van con él”.
“En este ‘voy a pescar’ de Pedro están presente nuestra tristeza, desesperanza, desánimo y muchas veces la tentación de volver atrás, a una vida sin Cristo”, señaló el obispo, quien instó a preguntarnos “cómo me siento en este momento de mi vida; qué situaciones me angustian y bajonean hoy o si tengo la tentación de dejar mi seguimiento de Cristo por las contrariedades propias de la vida”.
Confianza: “¡Es el Señor!”
En relación a la segunda palabra, monseñor Mestre recordó que Jesús desde la orilla “les dice que echen las redes del otro lado de la barca. En un acto de confianza así lo hacen y la respuesta es maravillosa: la cantidad de peces es tan grande que no podían sacar la red. El discípulo amado reconoce que es el Señor.
En ese sentido, el obispo exclamó que “somos invitados con el discípulo al que Jesús amaba, con Pedro y con los demás a disfrutar de la abundancia de la pesca milagrosa en este tiempo pascual y hacer la profesión de fe cristológica: ‘¡Es el Señor!’. Tengamos confianza de que el Señor resucitado está con nosotros en todo momento de nuestra vida”.
Compromiso: “¿Me amas?”
Sobre esta última palabra, monseñor Mestre reconoció que “nosotros también, como Pedro, negamos al Señor con nuestras faltas y pecados. Lo hacemos una, dos y tres veces… Nosotros como Pedro hoy somos interpelados por Jesús para sanar nuestras faltas y pecados respondiendo a su pregunta: ¿Me amas?. En esa línea, el obispo recordó que “somos invitados no solo a hacer profesión de fe sino también la profesión de amor en el Señor. Por otra parte es importante ver el compromiso de amor con el Señor”.
Y se preguntó si realmente “descubro que niego a Jesús cada vez que cometo pecado; o si me arrepiento o dejo que Jesús sane mi corazón respondiendo a la triple pregunta sobre el amor con un verdadero compromiso de amor”.+