Mons. Mestre: 'Corazón abierto y dispuesto para dejarnos conducir por el Espíritu'
- 24 de mayo, 2024
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Estamos llamados a ser hombres y mujeres del Espíritu; del Espíritu de Dios que renueva la vida y toda la historia", aseguró el arzobispo de La Plata en su reflexión semanal de los tres puntitos.
El arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, propuso tres puntitos para reflexionar durante el domingo 26 de mayo, en el que celebrar el misterio de la Santísima Trinidad: "Un único Dios verdadero y tres personas divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.
“Más que nunca se pone ante nuestros ojos el desafío de ser una Iglesia comunión por su raíz profundamente trinitaria. Una comunión encarnada en las inevitables tensiones y conflictos que tienen los vínculos humanos, también en la Iglesia”, aseguró.
A la luz de las lecturas y mirando la presencia de las tres Personas divinas, sugirió tres puntos de meditación sintetizados en tres palabras: intimidad, seguridad, conducir.
Llamar a Dios Abba: intimidad y cercanía
Monseñor Mestre recordó que en la segunda lectura aparece la denominación Abba para referirse a Dios Padre. “Esta palabra de origen arameo significa papá. Es la expresión que usa el niño para referirse a su padre en la vida íntima de la familia. Por eso, poder llamar al Padre Dios Abba significa la profunda intimidad y cercanía que Dios nos ofrece”.
“Siendo criaturas, débiles y pecadoras, podemos llamar a Dios Abba, es decir Papá, como muchas veces llamamos a nuestros padres en el seno íntimo de la vida familiar. Dios Padre: intimidad y cercanía”, subrayó.
Y animó a reflexionar: “¿Qué implica para mí llamar a Dios Abba? ¿Me dejo interpelar por la intimidad que Dios quiere tener conmigo? ¿Disfruto de esa cercanía de padre? ¿Intento tener un ‘vínculo’ con el Padre Dios que esté a la altura de lo que Él gratuita y generosamente me ofrece?”.
"Yo estaré con ustedes todos los días"
“Las palabras finales del Evangelio de este domingo son la confirmación absoluta de la presencia del Señor con sus discípulos. ¡Qué reconfortante es saber que Jesús está siempre con nosotros en todo momento de nuestra vida! En los momentos de luz y de tinieblas, en gracia y en pecado, en alegría y tristeza el Maestro está todos los días acompañándonos con la seguridad de su presencia que nunca falla”, exclamó.
Monseñor Mestre destacó que “celebrar la Santísima Trinidad nos invita a vivir la alegría de la seguridad de que el Hijo nos acompañará siempre en todos los momentos de nuestra vida como enviado del Padre en el Espíritu Santo”.
“¿Cómo impactan en mi vida las palabras de Jesús al final del Evangelio de este domingo? ¿Me siento seguro en la presencia del Señor? ¿Cuento con la seguridad del Maestro que me acompaña en todos los momentos de la vida?”, instó a pensar.
Dejarnos conducir por el Espíritu
El arzobispo platense aseveró que “como un eco de la fiesta de Pentecostés que compartimos la semana pasada, hoy volvemos a retomar la acción del Espíritu Santo en nuestra vida. La segunda lectura nos invita a dejarnos conducir por el Espíritu Santo. La tercera persona de la Santísima Trinidad nos hace hijos en el Hijo y nos conduce según el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo”.
“Estamos llamados a ser hombres y mujeres del Espíritu, del Espíritu de Dios que renueva la vida y toda la historia. El gran desafío será tener un corazón abierto y dispuesto para dejarnos conducir por el Espíritu”, enfatizó.
Y finalizó: “¿Tengo el corazón abierto a la acción del Espíritu? ¿Me dejo conducir por el Espíritu Santo? ¿Qué deberé hacer hoy para ser más dócil a las mociones del Espíritu de Dios?”.+