Mons. Mestre: "Ser profetas al estilo de Jesús"
- 2 de febrero, 2022
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata animó a transformar la admiración en fe; atender al llamado de ser profetas; y a dar vida y entregarse al servicio de los demás.
En su reflexión dominical, monseñor Gabriel Antonio Mestre, obispo de Mar del Plata, animó, en sus tradicionales tres puntitos, a que "la admiración a Jesús se transforme en fe", y "a ser profetas a su estilo", al mismo tiempo que animó a preguntarse "si estamos del lado del amor".
Que la admiración se transforme en fe
Al comenzar su homilía, monseñor Mestre evidenció que “todos quedan admirados con Jesús. Sin embargo, pasan de la admiración a las preguntas y de las preguntas a una clara falta de fe. No entienden cómo alguien que es contemporáneo a ellos y que conocen, pueda hacer enseñanzas y milagros tan grandiosos”.
Ante esto, destacó la respuesta de Jesús: “Nadie es profeta en su tierra”, y explicó que “este dicho refleja la experiencia del Pueblo de la primera Alianza que muchas veces rechazó a sus profetas porque eran personas con las que compartían la vida cotidiana”.
En ese sentido, resumió: “El gran drama del Evangelio de este domingo es que la admiración no se pudo trasformar en fe”. De esta forma, exhortó a que “el asombro y el maravillarse por los milagros del Señor no quede solo en eso, sino que sea puente, vehículo para crecer más en el camino de la fe. El Señor no es un profeta más, sino que es el Profeta, el Mesías y el Salvador, Dios y Señor”.
Profetas al estilo de Jesús
En el segundo punto, reiteró: “Jesús es el único profeta con mayúsculas. Y nos llama, desde el Bautismo, a ser sus profetas. Es decir, a anunciar la Buena Noticia del Reino a toda la humanidad”.
Así, aclaró que “ser profetas al estilo de Jesús significa ser misioneros de su Palabra. Misioneros coherentes, que buscamos vivir lo que anunciamos como lo hizo el Señor para ser humanamente lo más creíble posible”.
Además, llamó a ser “misioneros veraces de una Palabra que no es nuestra”. Y detalló que “no nos anunciamos a nosotros sino la verdad de su Palabra; somos sus instrumentos”.
También animó a ser “misioneros en medio de la adversidad” porque “asumimos que, como le pasó a Jesús, la tribulación y las dificultades estarán de una u otra forma presentes en el servicio del anuncio. Sin embargo, diferenciamos asumir la adversidad frente a la tentación de victimizarse”, señaló.
Estamos de parte del amor
Por último, hizo hincapié en la segunda lectura: “El núcleo de la reflexión es el camino más perfecto que es el amor”, y explicó que se lo describe con siete elementos positivos (lo que es amor es), y ocho negativos (lo que no es).
“Con estos quince elementos se muestra de forma elocuente lo que es el amor en clave cristiana. Sabiendo que Dios es amor y nos da su gracia por amor, el desafío será poder confrontar estos puntos de San Pablo con nuestra propia vida. Revisar todos nuestros ámbitos vinculares y preguntarnos con sinceridad si realmente estamos del lado del amor”, reflexionó el obispo.
Y concluyó: “El signo distintivo del amor cristiano es la capacidad de dar la vida y entregarse en el servicio por los hermanos”. +