Mons. Mestre: "Contemplar a Cristo que vence la tentación"
- 24 de febrero, 2021
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
Iniciado el tiempo de Cuaresma, el obispo marplatense reflexionó en el "tiempo de gracia y conversión", y dejó algunas aclaraciones sobre la tentación y consejos para vivir el tiempo litúrgico.
En su reflexión para el primer domingo de Cuaresma, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, propuso cinco aclaraciones catequísticas y tres puntos para orar con el Señor.
Las cinco aclaraciones comenzaron con “diferenciar la tentación de la prueba”, es decir, “una seducción de Satanás” de “una dificultad o cruz que el Señor misteriosamente permite en nuestra vida, para fortalecernos en nuestro itinerario de fe”, explicó.
En segundo lugar, también se deben “diferenciar la tentación del pecado”. En este sentido, “la tentación está en la dinámica del sentir y el pecado en el consentir”, mencionó monseñor Mestre. Pecar es “caer” en la tentación. Pero la tentación no es un pecado en sí mismo.
En el tercer punto dice que “Cristo es tentado muchas veces a lo largo de toda su vida terrena y no solamente en este episodio que hoy contemplamos”. Aquí, el obispo marplatense señaló que Jesús fue propenso al pecado durante toda su vida y puso ejemplos concretos. Lo mismo sucede en nuestra vida.
Seguidamente, mencionó que “la tentación se puede dar en todos los ámbitos de la vida”, reflexionando en que a veces tendrá que ver con la sexualidad, otras con la vida relacional, la economía, la familia y la misma religiosidad. “Caer en la tentación, sucumbir a la tentación se traduce en pecados concretos que tienen que ver con la mentira, la crítica despiadada, el deseo de venganza, la mediocridad, la falta de perdón, la hipocresía religiosa, la impureza, el resentimiento, el individualismo, la venganza, la superficialidad, el odio, la indiferencia, el chusmerío barato, etc”, ejemplificó el obispo.
En el quinto punto marcó que “las tentaciones sutiles suelen ser las más difíciles de rechazar”. Aquí hizo alusión a que las tentaciones no son solo las “grotescas y groseras”; a veces también “se pierde la positiva tensión y no se revisan otros ámbitos de la vida donde el diablo puede tentar de forma más sutil”.
Finalmente, monseñor Mestre dejó tres puntos para meditar el Evangelio: “La tentación en mi vida”, para reflexionar sobre las cuestiones personales que a cada uno lo influyen: “Diagnosticar con serenidad y responsabilidad las mociones del Espíritu en la realidad de nuestra vida. Recordemos que satanás es muy hábil y busca de forma muy sutil apartarnos del bien, de la verdad y la belleza del Evangelio”, dijo el obispo.
Por otro lado, animó a “contemplar a Cristo que vence la tentación”, y que del mismo modo nosotros podemos vencerlo. El tercer punto lo centró en “Por Cristo, con Cristo y en Cristo vencer la tentación”, y aquí rogó “que todas las prácticas cuaresmales estén orientadas a reconocer la tentación y a triunfar en Cristo”.
Finalmente, monseñor Mestre animó a acudir a la confesión sacramental, al viacrucis, la abstinencia y el ayuno, para “que el ejemplo de Cristo y, sobre todo la gracia del Señor, sean impulso para vencer las tentaciones de nuestro camino”.+