Viernes 18 de abril de 2025

Mons. Martín: 'Necesitamos hacer silencio para escuchar al Señor'

  • 11 de abril, 2025
  • Santa Rosa (La Pampa) (AICA)
El obispo de Santa Rosa presidió la Misa Crismal y animó a "imitar al Salvador, no sólo desde la palabra, sino como expresión de plenitud de nuestra vida".
Doná a AICA.org

El obispo de Santa Rosa, monseñor Raúl Martín, presidió en la catedral diocesana la misa Crismal, que fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Luis Martín, y un grupo numeroso de sacerdotes, quienes renovaron sus promesas. 

El obispo recordó en su homilía que "el año santo nos invita una vez más a una confianza infinita en Dios, en Jesucristo, el Salvador. Aquel que nos convoca a mirar el mundo para hacer del Evangelio la Buena Noticia para todos y siempre".

"En esta tarde -dijo- cercana ya la Semana Santa, nos reunimos como Pueblo de Dios y servidores de este Pueblo, renovando nuestra fidelidad a Dios, en esta Iglesia particular de Santa Rosa".

El prelado recordó que "las palabras del profeta, nos animan y recuerdan la misión confiada. El Espíritu del Señor, está sobre mi. Me ha ungido. Me envió a sanar, a consolar, a liberar, a ungir también". 

"Cuando a veces pareciera que el mundo, y nuestro pedacito de mundo no va a cambiar, necesitamos recordar que no está la fuerza en nosotros, sino en Él que nos envía en su nombre y con su gracia, acrecentando en nosotros esta esperanza de hombres débiles y tan necesitados", dijo.

Monseñor Martín afirmó que "necesitamos hacer silencio para escuchar al Señor que nos llama. Que nos anima a ir por más, porque Él, se hizo promesa; promesa que no defrauda".

"En un mundo que pareciera apartar a Dios de su horizonte", subrayó. "Un mundo, que como en el camino del desierto, fabrica tantos becerros de oro para adorar. Un mundo que se contenta a veces con palabras bonitas o lemas, tentaciones, que encierran tantos errores para el hombre, ofreciendo felicidad de manera barata. Caminos que aparecen con frecuencia llevando a la confrontación, a la división, más que al encuentro. Realidades que lejos de acrecentar la fraternidad, nos conducen a la enemistad y a la grieta", enfatizó.  

Recordó que "cuando Jesús se levanta en la sinagoga, seguramente también puede imaginar un poco de este nuestro tiempo que es también el suyo, tan necesitado de un año del Señor, necesitado de liberaciones de mezquindades, indiferencias y cegueras, intolerancias y violencias, mentiras y corrupción. A pesar de todo, Dios no abandona. No nos deja solos".

"En este año jubilar -aseguró- las palabras de aquella sinagoga suenan de un modo especial y nos hacen parte, nos ubican en la escena y en nuestra tierra pampeana como peregrinos de esperanza".

Liberar. Ungir. Servir. Curar. Sostener y cuidar. Y más. Palabras del Evangelio, hechas 'Buena Nuevas' para todos, para que nadie quede afuera. Para que nadie se pierda. Todos, también nosotros. Palabras que nos hacen reconocer el rostro de Jesús. Palabras que muestran el corazón de Dios, El Salvador que se hace cargo, y a quien tenemos que imitar y no sólo desde la palabra, sino como expresión de plenitud de nuestra vida. Conformar el corazón a su corazón que es misericordia. Necesitamos mendigar esa gracia, una y mil veces. Siempre. Un corazón como el de Jesús, donde haya lugar para todos".+

» Texto completo de la homilía