Mons. Macín reflexiona sobre la fe y el protagonismo de los jóvenes
- 18 de enero, 2023
- Reconquista (Santa Fe) (AICA)
El obispo de Reconquista destaca que el objetivo del Año Diocesano dedicado a los jóvenes es "facilitar su encuentro con la persona de Jesucristo, fuente de vida y esperanza".
La diócesis de Reconquista dedicará este 2023 a los jóvenes. La iniciativa dará inicio en la Jornada Diocesana de Jóvenes, que se llevará a cabo en la parroquia Nuestra Señora del Huerto de la ciudad de Malabrigo el 25 de febrero, y concluirá con una "Mega Misión Juvenil" en torno a la solemnidad de Cristo Rey.
Próximos al inicio de este Año Diocesano de los Jóvenes, el obispo de Reconquista, monseñor Ángel José Macín, compartió una carta pastoral en la que invita a continuar trabajando con esta prioridad diocesana y reflexiona en torno a la fe y el protagonismo de los jóvenes.
"Quiero poner de relieve, con más énfasis e insistencia, la vida y el caminar de los jóvenes, especialmente aquellos que están buscando un sentido para sus vidas", expresa.
"Ellos pueden llenar de esperanza y de alegría nuestras comunidades, asumiendo un compromiso de renovar las estructuras y el impulso misionero, para llegar a cada rincón de la realidad de este momento histórico", sostiene el prelado, expresando su deseo de que "el camino sinodal tenga un tono juvenil y lleno de vitalidad".
La animación de esta iniciativa recae sobre la pastoral de juventud, la pastoral vocacional y la pastoral misionera. También sobre catequistas de Confirmación y animadores juveniles de los movimientos. Sobre este punto, el obispo suplica "que los demás no nos hagamos los distraídos".
Asimismo, exhorta "a la creatividad, a la apertura a quienes nos pueden ayudar a conocer mejor la realidad juvenil y al compromiso. En estas cosas no basta con buena voluntad. Se necesita poner lo mejor de nuestra parte, para que Dios pueda realizar su obra".
"Lo primero que tenemos que intentar, en este año dedicado a los jóvenes, es escuchar en serio su pensamiento y sus sentimientos, conocer sus búsquedas, respetar sus tiempos, atender a sus reclamos y a sus miedos. Un escuchar que incluye el mirar, observar, acompañar, aceptar", destaca
Al respecto, monseñor Macín denuncia "la falta de testimonio de los adultos, los intereses comerciales concentrados en esta franja etaria, el avance de negocios turbios como el narcotráfico, la sofocante tecnología que frecuentemente confunde", y lamenta que estas propuestas "conducen al vaciamiento de los sueños juveniles".
"¡Lamentablemente, no se le puede pedir a un joven que tenga entusiasmo por la vida, frente a este panorama!", desliza, aclarando que la propuesta cristiana frente a esta situación "es asumir e interpretar la crisis como una oportunidad, como una gran oportunidad".
En este contexto, un tanto sombrío pero con posibilidades concretas de cambio, recuerda que "el objetivo principal de este Año Diocesano dedicado a los jóvenes es facilitar su encuentro con la persona de Jesucristo, fuente de vida y esperanza". "La fe cristiana es el encuentro con Cristo Resucitado, vivo y presente entre nosotros. Por eso, la mirada de todos, y en especial de los jóvenes tiene que mantenerse fija en Él", agrega.
Habiendo destacado la centralidad de Jesús en este Año Diocesano dedicado a los jóvenes, el obispo de Reconquista reitera el desafío y la misión de "llevar a Jesús a los diferentes ambientes donde se encuentran los jóvenes, para que allí pueda darse esa experiencia única que cambia para siempre el trayecto de una vida".
En ese sentido, invita "a la Iglesia Diocesana, en sus parroquias, movimientos y asociaciones a generar espacios en diferentes sectores del quehacer juvenil, para que desde esa realidad los jóvenes puedan descubrir el valor de la presencia de Cristo". "Es allí donde Jesús quiere encontrarlos, no para sacarlos de esa realidad, sino para renovar su mirada y su esperanza", anima el prelado.
Por último, monseñor Macín señala que "los protagonistas del Año de los Jóvenes tienen que ser los mismos jóvenes". Sobre ese punto, explica que "son los mismos jóvenes los que tienen que llevar adelante un proceso de escucha y diálogo entre ellos y con otros jóvenes, para que de esta manera sus propuestas realmente puedan ser incluidas en la vida de la Iglesia y en la Pastoral Orgánica Diocesana. Son los mismos jóvenes que ya han vivido la experiencia fundante de encuentro con Jesucristo, y que conocen los códigos que se manejan en ámbitos juveniles, quienes pueden contagiar a otros jóvenes de esa experiencia. Entonces, la frescura de la vida joven podrá renovar desde sus raíces nuestro caminar como Pueblo de Dios", concluye.+