Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Lozano y la importancia de sembrar bien para el futuro

  • 11 de marzo, 2021
  • San Juan (AICA)
En su reflexión semanal de los miércoles de Cuaresma, el arzobispo de San Juan de Cuyo invitó a preguntarse: "Qué mundo querés, y para que ese mundo sea posible qué es lo que hace falta a sembrar".
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El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, dedicó su videomensaje del cuarto domingo de Cuaresma a reflexionar sobre las semillas, recordando que sea cuál sea su particularidad, ninguna puede dar fruto hasta que entra en tierra.

“La semilla, que es tan linda, está cargada de vitalidad, pero para entregar esa vitalidad tiene que hundirse en la tierra; y depende de cuál sea la semilla que pongamos en tierra, es lo que vamos a cosechar”, destacó.

El arzobispo sanjuanino recordó que en la Biblia, en el libro del profeta Oseas, hay una expresión que se hizo bastante común entre la gente: “Siembra vientos y cosecharás tempestades”.

“Lo que sembramos es lo que cosechamos”, sostuvo, y planteó: “Vivimos en una sociedad violenta. ¿Qué es lo que hemos sembrado? Vivimos en una sociedad egoísta. ¿Qué es lo que hemos sembrado para cosechar tanto egoísmo?”

“Podemos preguntarnos también qué queremos cosechar dentro de unos años, qué estamos dispuestos a poner hoy como semilla”, agregó, y señaló: “El futuro no está determinado, lo vamos construyendo, vos y yo, con lo que día tras día podemos sembrar”.

Monseñor Lozano invitó a preguntarse “qué mundo querés, y para que ese mundo sea posible qué es lo que hay que sembrar”.

“La Cuaresma es un tiempo para renovarnos en este deseo de acercarnos a los demás, de hacer que nuestra vida tenga un sentido. Por eso te propongo mirar una semilla o alguna planta y evocar estas imágenes para ver qué es lo que Dios te está llamando, a qué te está llamando. Uno de los textos que leemos en este tiempo, es aquel en el que Jesús compara su vida con la del grano de trigo. Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. Dios quiera que podamos sembrar semillas que broten en esperanza y vida nueva para los demás”, concluyó.+