Mons. Lozano y la importancia de decir: "Creo en el Espíritu Santo"
- 5 de junio, 2022
- San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan consideró que en una época marcada por la fragmentación de las personas y las sociedades, "el Espíritu inspira en el corazón del pueblo los anhelos de una búsqueda en común".
Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), recordó que “creo en el Espíritu Santo” es una de las afirmaciones más importantes de la fe cristiana.
“Así como creemos en Dios Padre y en Dios Hijo, también lo hacemos en Dios Espíritu Santo”, subrayó en su reflexión semanal, y advirtió: “Sin el Espíritu Santo la Iglesia sería como una ONG piadosa o un club de beneficencia, loables, por cierto, pero sin cumplir la voluntad de Jesús de hacernos familia suya por obra de su Espíritu”.
El arzobispo sanjuanino señaló que para enseñar acerca de la acción propia del Espíritu Santo, la Biblia utiliza varias imágenes o simbologías, e hizo hincapié en tres: el agua, el fuego, la paloma.
“En este día celebramos la fiesta de Pentecostés, culminación de la Pascua. Es maravillosa la obra del Espíritu Santo”, exclamó, y detalló:
- Nos enseña a rezar a Dios como Padre y a reconocer a Jesús como Hijo de Dios.
- Es la fuente de la comunión (no la uniformidad) y la diversidad (no la anarquía).
- Nos ayuda a comprender la Palabra de Dios, y nos impulsa a la misión con audacia y fervor. La acción del Espíritu se da por desborde.
- Es la causa y fuente de la Esperanza cristiana. Nos alienta en los sueños de un mundo nuevo.
- El Espíritu Santo se invoca y está presente en todos los Sacramentos.
- Sin Él no hay sínodo, no hay Iglesia.
- Él suscita la audacia misionera. Le “pone el pecho” a los desafíos, no se achica. Hace accesible la buena noticia a todas las lenguas y culturas.
En una época marcada por la fragmentación de las personas, las sociedades, monseñor Lozano aseguró que “el Espíritu inspira en el corazón del pueblo los anhelos de una búsqueda en común”.
“La Iglesia es conducida por el Espíritu a estar en las periferias acogiendo la fragilidad para ser signo de la presencia del Reino que crece desde la levadura”, sostuvo.
El secretario general del Celam afirmó que por eso se lo invoca: “Ven, Espíritu de Dios” a dar confianza en las incertidumbres / a consolarnos en nuestras fatigas / a darnos luz para discernir los signos de los tiempos / a sanar nuestras heridas y decepciones / a renovar los sueños / a ponernos en marcha / a sacudirnos de la modorra, la comodidad.
Por último, monseñor Lozano invitó a sumarse a la oración que el Papa propone para el Sínodo: “Ven, Espíritu Santo. Tú que suscitas lenguas nuevas y pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa pero muda, con mucho pasado y poco futuro”.+