Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Lozano: Los Mártires Riojanos inspiran a ser testigos creíbles de la fe

  • 5 de mayo, 2019
  • San Juan
El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, destacó la experiencia vivida hace una semana en La Rioja con la beatificación de los Mártires Riojanos, y contó que delante de la tumba de monseñor Angelelli le preguntó a algunos seminaristas y religiosos jóvenes qué recogían de estas cuatro vidas, y la respuesta fue: "Libertad para vivir a fondo el Evangelio y ser testigos creíbles de la fe".
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El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, destacó la experiencia vivida hace una semana junto con otros prelados y sacerdotes en La Rioja, donde fueron beatificados los Mártires Riojanos, acontecimiento al que definió "una verdadera fiesta de la Iglesia".

"Escuchamos predicaciones tan iluminadoras como exigentes. No con la imposición voluntarista del que manda sino con la radicalidad evangélica para poner todo en juego sin opciones oportunistas o fríamente calculadoras", diferenció en su columna semanal.

El prelado contó que pudo hablar con unas cuantas personas que le compartieron experiencias de trabajo con alguno de los cuatro nuevos beatos: monseñor Enrique Angelelli, el padre Carlos de Dios Murias OFMConv, el presbítero Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera.

"Con emoción contaban desde anécdotas simpáticas hasta momentos de temores en los que había que tomar opciones reconociendo que el secuestro, la tortura y perder la vida eran consecuencias posibles. Así lo supieron los cuatro, y así les sucedió; y a muchos otros", recordó.



El arzobispo sanjuanino indicó que en la catedral San Nicolás de Bari, de la capital riojana, hay una capilla pequeña de 3 metros de ancho por 6 de largo en la que se conservan los restos del obispo Angelelli. Allí, dijo, pasó "varias horas sentado delante de esa tumba rezando con gozo al contemplar el paso permanente de peregrinos".

"La mayoría ponía su mano como acariciando al pastor, y el mármol frío se entibiaba por tanto cariño expresado. Otros se inclinaban para dar un beso. Un lugar sobrio pero cargado de reconocimiento y ternura. Hubo también quienes se animaron a comentar un testimonio de curación de enfermedad, o superación de un drama familiar atribuido a la intercesión del beato", reveló.

"Obispos y sacerdotes pidiendo la gracia de la fidelidad y el testimonio evangélico. Seminaristas y religiosos jóvenes, novicias y consagradas con menos de 30 años de edad", detalló.

Monseñor Lozano afirmó que con algunos de ellos conversó breves momentos y les preguntó: "¿Qué recogen de estas cuatro vidas?", y la respuesta fue: "Libertad para vivir a fondo el Evangelio y ser testigos creíbles de la fe".

Tras señalar que también se congregaron varios grupos de jóvenes, y algunos se reunían a cantar y rezar juntos un rato, subrayó: "Una placa de mármol recoge una frase escrita por nuestro beato obispo y mártir: ?mi vida fue como el arroyo, anunciar el aleluya a los pobres?".+