Mons. Lozano: "Hablar para herir o sanar"
- 29 de enero, 2023
- San Juan (AICA)
"Para que haya diálogo, convivencia social, construcción comunitaria es necesario superar la intransigencia que excluye y condena al distinto", expresó el arzobispo de San Juan de Cuyo en su reflexión
Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), contó que hace pocos días, una persona le compartió un dolor profundo en su alma, y puntualizó: “Se trataba de una difamación de la cual fue víctima unos cuantos años atrás”.
Tras recordar una frase de uno de los libros de la Biblia: ‘El chismoso hiere con sus palabras, pero las palabras de los sabios son un bálsamo que sana”, la puso en contexto con el mensaje que el papa Francisco publicó el martes para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, titulado “Hablar con el corazón, «en la verdad y en el amor”.
“El lenguaje es un camino para expresar y lograr comunicación y encuentro, pero lograrlo depende del corazón. Así como la mano puede ser abierta para acariciar o cerrada para una piña o empuñar un arma para matar”, graficó, y consideró que es necesario responderse: “¿Somos una sola familia humana? ¿Vivimos para la integración o para la exclusión de quien no piensa igual que yo?”
El arzobispo sanjuanino citó uno de los párrafos del mensaje papal que, dijo, le resultó significativo: “En un periodo histórico marcado por polarizaciones y contraposiciones -de las que, lamentablemente, la comunidad eclesial no es inmune-, el compromiso por una comunicación “con el corazón y con los brazos abiertos” no concierne exclusivamente a los profesionales de la información, sino que es responsabilidad de cada uno. Todos estamos llamados a buscar y a decir la verdad, y a hacerlo con caridad”.
“Dos cosas quisiera comentar de este párrafo. Por un lado, la expresión ‘polarizaciones y contraposiciones’. Debemos cuidarnos de ellas. No se trata de no poseer convicciones firmes, pasión por una idea, adhesiones férreas. La cuestión es no perder capacidad de objetivación. No prejuzgar que cualquier afirmación en contrario es una agresión a mi persona, mi grupo, la patria, el continente. Falta capacidad de asumir una propuesta, una reflexión o un juicio de valor, si es expresado por alguien distinto a “mi grupo de pertenencia ideológico”, planteó, y añadió: “Para que haya diálogo, convivencia social, construcción comunitaria es necesario superar la intransigencia que excluye y condena al distinto”.
“La segunda afirmación expresa que ‘lamentablemente, la comunidad eclesial no es inmune’. Y esto es un escándalo. La ideologización de la fe es un riesgo grande en el cual se cae con frecuencia. Lo percibimos especialmente en las redes sociales, cuando se critica con dureza, se divulgan falsas noticias (rara vez con ingenuidad), se quita la buena fama cuando no se comparte una idea. Es imprescindible trabajar en la comunión para ser fieles al pedido de Jesús: ‘sean uno para que el mundo crea’”, sostuvo.+