Jueves 26 de diciembre de 2024

Mons. Lozano destacó el significado de la oración "Ven, Señor Jesús"

  • 27 de noviembre, 2022
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan afirmó que es una oración que se dice "con sencillez", pero que "en muchos corazones es un grito desgarrador que brota del desconcierto, la soledad, el abandono".
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Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), consideró que “es tiempo de mirar más lejos”, al reflexionar sobre el hecho de que “el ritmo de vida intenso que llevamos nos obliga a mirar el día a día y, a veces, entrar en una repetición rutinaria que nos sofoca”. 

“Las celebraciones de los próximos domingos nos llevan a caer en la cuenta del sentido de la vida de cada uno y de la existencia humana, unida al rumbo del Universo”, recordó, y citó la carta de San Pedro: “Nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia”.

“Estamos iniciando el tiempo del Adviento que nos hace explicitar esta tensión entre lo que sucederá al final de los tiempos y el acontecimiento del nacimiento de Jesús Niño en el portal de Belén”, indicó, y completó: “Mirando la consumación final de la historia nos disponemos a prepararnos siempre en actitud de espera”.

Tras señalar que en cada misa, después de la consagración, rezamos juntos como Pueblo de Dios: “Ven, Señor Jesús”, afirmó: “Una oración que decimos con sencillez, pero que en muchos corazones es un grito desgarrador que brota del desconcierto, la soledad, el abandono”. 

“Ven, Señor Jesús” a traer la paz a Ucrania y a tantos pueblos que sufren violencia. Ven a iluminar las mentes y abrir los corazones al diálogo. Ven a calmar el deseo de riqueza de quienes fabrican armas. 

 “Ven, Señor Jesús” a instaurar la justicia entre los pueblos y al interior de cada nación. Ayúdanos a compartir con los hambrientos y a generar trabajo para un sustento digno. 

“Ven, Señor Jesús” a colmar de alegría el amor de las familias y los amigos. Que todos los hombres y mujeres del mundo cuenten con otros en el camino de la vida. 

“Ven, Señor Jesús” a sanar las heridas de la traición, el olvido, el desamparo, la soledad, la depresión, la tristeza. 

“Ven, Señor Jesús” a recomponer las vidas destrozadas por las adicciones al alcohol, las drogas, el juego. Como divino alfarero tomá esas historias personales entre tus manos y en nuestras comunidades danos generosidad para “recibir la vida como viene”. 

“Ven, Señor Jesús” a la Iglesia, para que podamos caminar juntos en comunión, participación y misión.+