Mons. Giobando animó a la comunidad a "hacerse amigos" de San Juan Diego
- 11 de diciembre, 2020
- Buenos Aires (AICA)
El obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario zonal de Flores visitó la comunidad parroquial de San Juan Diego y presidió sus fiestas patronales en la jornada del 9 de diciembre.
La comunidad porteña de San Juan Diego Cuauhtlatoatin celebró sus fiestas patronales en la jornada del miércoles 9 de diciembre.
El obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario zonal de Flores, monseñor Ernesto Giobando SJ, visitó a la comunidad y presidió la Eucaristía, acompañado por el párroco, presbítero Mario Miceli, y poca presencia de fieles en el templo parroquia. La celebración fue transmitida por las redes sociales.
En su homilía, monseñor Giobandoexpresó que “la clave para entender la Biblia es la elección de Dios. Dios elige, Dios hace un llamado. Y elige a distintas personas para que ellas puedan transmitir lo que Dios les dice y vivir de acuerdo a lo que Dios enseña”, y señaló que “esos son los testigos de la fe”.
Recordando la historia del santo patrono, el obispo hizo referencia a que “en el comienzo de la evangelización de nuestra tierra americana, Dios eligió a un hijo de esta tierra, a un integrante de los pueblos originarios. Y lo elige en una circunstancia muy particular, porque el tío de Juan estaba enfermo y él iba a buscar un sacerdote, caminando varios kilómetros. En el trayecto se encontró con la muchachita, nuestra querida Madre”.
De esta manera, “Dios a través de María se revela a los más humildes y pequeños y les da una misión. Allí se dio la revelación más grande e importante de la fe en América: el hecho guadalupano, con connotaciones muy hondas de la cultura indígena y de la revelación de Dios a través de María”, afirmó monseñor Giobando.
“¿Cómo nos ubicamos nosotros en esta fiesta de San Juan Diego?”, preguntó el obispo y recomendó hacerlo “con humildad de aceptar la verdad de las cosas de la vida, y no creernos más de lo que somos. Esa humildad es valiosa a los ojos de Dios, porque Él revela a los humildes los secretos del Reino, como se lo reveló a Juan. A Dios lo tenemos que ver con los ojos de la humildad y la pobreza”.
“La verdadera devoción de un santo es poder hacemos amigos desde la tierra, de aquellos que nos cuidan desde el cielo”, dijo después y expresó: “¡Qué fácil es hacerse amigo de San Juan Diego, que es un hombre sencillo!”.
Al concluir, animó a la comunidad a vivir el Año de San José y también hacerse amigos de este santo, “que es muy gaucho en todo lo que le pedimos”. También agradeció a la comunidad “por estar juntos, y por ir superando este tiempo unidos en comunidad”. +