Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. García Cuerva: 'Ojalá que Mama Antula nos haga encarnar la Iglesia en salida'

  • 8 de febrero, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina se encuentra en Roma, aguardando la canonización de la beata argentina, y expresó asimismo su deseo de que "nos haga cristianos inquietos".
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El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, se encuentra en la ciudad de Roma (Italia), para participar de la ceremonia de canonización de la beata Mama Antula, que el Papa Francisco presidirá en la basílica de San Pedro este domingo 11 de febrero.

En ese contexto, el prelado fue entrevistado por Vatican News, medio al que aseguró que “Mama Antula fue una mujer inquieta, que ojalá nos haga cristianos inquietos, que ojalá nos haga encarnar verdaderamente la Iglesia en salida, como nos lo pide el Papa Francisco”, 

Mons. García Cuerva destacó que la futura santa “encarnó ese espíritu misionero, ese espíritu audaz, ese espíritu creativo  de, en su tiempo, anunciar el Evangelio. Por eso, digo que su modelo de vida no solamente tiene que quedar en el altar desde el domingo, en que será una santa, sino que también nos tiene que interpelar como argentinos”.

Elementos comunes entre Mama Antula y el Papa
Monseñor García Cuerva se refirió también a algunos elementos comunes entre la futura santa y el Papa Francisco. En primer lugar-dijo-, “podemos unir una frase de Mama Antula, que es esta idea de que los ejercicios espirituales son para todos, con una frase del Papa Francisco, que dice que en la Iglesia hay lugar para todos”.

Como por ejemplo, “en la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, cuando decía que en la Iglesia tiene que haber lugar para todos, para todos, para todos. Fíjense cómo, de algún modo, hay una idea muy similar en lo que ella practicaba con los ejercicios espirituales y lo que sucede con lo que nos plantea el Papa Francisco”, enfatizó el prelado. Además, aseguró que otro elemento en común, entre el Pontífice y la primera santa argentina, está ligado a la cultura del encuentro.

“Qué más encuentro que lo que ella lograba en esos más de diez días de ejercicios espirituales, en los cuales se encontraba gente muy distinta de la sociedad porteña; sin embargo, tenían un mismo interés, que era experimentar la presencia de Dios en sus vidas y generar un cambio en ellas”.

“Creo por un lado eso: el valor de lo que es la fraternidad y la cultura del encuentro. Por otro lado, está la idea de que el Evangelio es para todos y de que en la Iglesia hay lugar para todos, y esto lo repite Francisco todo el tiempo”, prosiguió.

En tanto, el arzobispo porteño destacó el espíritu misionero de Mama Antula, ya que “no fue una mujer que se quedó quieta, sino que podríamos decir que ha encarnado la Iglesia en salida que también propone Francisco. Ella ha venido caminando desde Santiago del Estero a Buenos Aires, que son muchísimos kilómetros, inquieta también por llevar los Ejercicios Espirituales, Una mujer inquieta que ojalá nos haga cristianos inquietos, que ojalá nos haga encarnar verdaderamente la Iglesia en salida”.

En otro de los temas abordados durante la entrevista, monseñor García Cuerva se refirió a la actual situación económica, social y política que está atravesando la Argentina, donde -según los últimos datos del INDEC- el índice de pobreza alcanzó el 40%, mientras que el índice inflacionario superó más del 200 % anual.

“No podemos quedar indiferentes, porque para nosotros los índices de pobreza, los índices de indigencia, nos están hablando de rostros concretos, de hermanos concretos que la están pasando muy mal”, aseguró. 

“Desde hace años, la Argentina, desgraciadamente, tiene estas cifras y nos tienen que doler en lo más profundo porque, insisto, no son números, son rostros concretos y, como siempre digo, la dirigencia política, empresarial, religiosa, todos tenemos un poco de responsabilidad en haber llegado a este cuadro de situación”, afirmó.

Además, el arzobispo de Buenos Aires señaló que se tiene que tener la enorme responsabilidad y grandeza de poder sentarnos a una mesa y poner cuatro o cinco puntos que sean en la Argentina políticas de Estado" y, también, "sacar definitivamente, de la situación en que están, a tantos hermanos”.

“Creo que los argentinos nos merecemos sentarnos a una mesa, mirarnos a los ojos, reconocernos como hermanos. Hemos tenido experiencias en las que nos movilizamos todos, como ha sido el Mundial: eso a los argentinos nos hermanó enormemente”, dijo. 

Y agregó: “Es tiempo de que dejemos de lado está famosa grieta ideológica, cultural, para pensar en estos rostros concretos de este 40% de pobreza de nuestros hermanos, que están viviendo la indigencia o la enorme inflación, que es el impuesto a los pobres, y digamos cómo hacemos entre todos para sacar adelante nuestro país”, reflexionó.

Los desafíos de la Iglesia en la Argentina
Con respecto a los desafíos que la Iglesia en la Argentina afronta hoy en día, el prelado dijo que la alegría cristiana es la respuesta a la dura realidad y a los tiempos difíciles que está viviendo el país.

“La alegría cristiana no es un optimismo berreta o, como decimos vulgarmente, no es poner una sonrisa de plástico a los problemas de la vida. La alegría cristiana tiene que ver con saber que Jesús nos acompaña, es tener verdaderamente conciencia de que venció a la muerte para siempre con su Resurrección. Saber que la alegría y la esperanza, muchas veces, nacen desde la cruz, y que todos los días hay que elegir la actitud que tenemos que tener frente a la vida”, señaló.

Además, aseguró que la Iglesia “tiene que ayudar a nuestra gente a que no baje los brazos, a que siga sosteniéndose en la esperanza y a que verdaderamente podamos sostenernos también en la alegría”.

“No son necesarios diagnósticos terribles, la gente ya lo sabe, la gente ya lo vive, con solo ir al supermercado, con solo cobrar el sueldo a fin de mes, ya la gente sabe todo eso. Entonces, el desafío es cómo, en esta tan dura y difícil realidad social que vivimos, poder nosotros ser testigos de buenas noticias”, aseveró. 

"Y el testigo de buenas noticias  -continuó-  no se pone indiferente frente a lo que pasa, no es que se pone un impermeable frente a lo que pasa, sino que tiene el enorme desafío de poder seguir, convencido de que Dios acompaña nuestra vida, de que Dios está entre nosotros, de que no es que Dios se olvidó de los argentinos, sino que está junto a nosotros y, entre todos, tenemos que animarnos para transformar la realidad difícil que vivimos”.

El pueblo argentino espera al Papa
Al referirse al deseo del Papa Francisco de visitar la Argentina durante este año, monseñor García Cuerva explicó que, desde su punto de vista, eso sería una “gran alegría para el pueblo, que espera el encuentro con su pastor”.

“Para mí, significa el encuentro del pastor con su pueblo. Su pueblo lo espera y quiere encontrarse con su pastor, más allá de los dirigentes de turno, más allá de los obispos, más allá de los sindicalistas o de los empresarios, o de quién fue el presidente: es el encuentro del pastor con su pueblo”, dijo. 

Y agregó: “Creo que hay mucha gente deseosa de encontrarse con él, muchísima gente; y, por otro lado, creo que la figura de Francisco a nivel mundial es muy reconocida. Creo que, a veces, los argentinos a Bergoglio no lo hemos dejado ser Francisco, y lo hemos metido en el barro de nuestras discusiones, y lo hemos metido en el medio de nuestras grietas, y hemos estado discutiendo cuánto tiempo recibe al presidente de turno, si le sonrió o no en la foto, y creo que estamos hablando de un líder mundial”.

“Detenernos es también parte de la marcha”
Para terminar, refiriéndose al final del mensaje de Francisco para la Cuaresma de este año -titulado “A través del desierto, Dios nos guía a la libertad”-, el arzobispo de Buenos Aires dijo que el Papa “nos invita a mantener la alegría y a no caer en la tristeza que corroe el alma, y a detenernos para seguir en el camino”.

“Creo que la experiencia del desierto es una experiencia que todos vivimos en lo personal: muchas veces es lo que llamamos la aridez espiritual o las dificultades de la vida”.

"Pero -manifestó- en el desierto Dios está, Dios está en los momentos más difíciles, no nos abandona, y creo que entonces el desafío es cómo encontrar la presencia de Dios en las cosas cotidianas”.

“Creo que a veces tenemos que detenernos para la reflexión, tenemos que detenernos para escuchar la voz de Dios en lo profundo de nuestro corazón, detenernos para no dejarnos comer por la vorágine y el activismo”, subrayó.

Y concluyó: “Creo que nosotros, a veces, estamos ganados por las enfermedades modernas del activismo, de la ansiedad, del insomnio, y no somos capaces de detenernos; y, si nos detenemos y reflexionamos, si nos detenemos y rezamos, si nos detenemos y pensamos, si nos detenemos y conversamos con alguien, creemos que estamos perdiendo el tiempo. Entonces, está buena está idea para la Cuaresma de detenernos, que es también parte de la marcha”.+