Mons. Fenoy recordó que la alegría es la paz del corazón

El arzobispo de Santa Fe recordó que el Niño nacido en Belén "es de todos" y es "el único en el que podemos poner nuestra última esperanza".

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Alfredo Fenoy, recordó que la alegría inconfundible de la Navidad es el anunció de que el Salvador acaba de nacer en Belén.

“Ha nacido un Niño, que no es sólo de María y de José. Es de todos. Es también nuestro. Es el único en el que podemos poner nuestra última esperanza: la injusticia no prevalecerá para siempre. Sin esta esperanza, no hay Navidad”, advirtió.

El arzobispo santafesino pidió a la comunidad diocesana que abra el corazón “en la noche santa y buena de la Navidad, para que el nacimiento de nuestro Salvador, disipe toda oscuridad, nos libere de la tristeza y nos bendiga con el gozo y la alegría”.

Texto del mensaje
En la noche en que nació Jesús, unos pastores estaban cuidando sus ovejas cerca de Belén. Es noche cerrada. Pero, de pronto, una claridad brilla alrededor de ellos. Es la “gloria de Dios”, nos dice el evangelista Lucas. La noche queda iluminada, además, por una buena noticia que les trae un ángel –mensajero- de Dios, y que los dejará muy contentos. Se les anuncia una gran alegría. No cualquier alegría. Una inconfundible, porque viene de Dios. 

¿Cuál es el motivo de esta alegría? ¡Su Salvador acaba de nacer en Belén! Les ha nacido un Niño, que no es sólo de María y de José. Es de todos. Es también nuestro. Y es el único en el que podemos poner nuestra última esperanza: la injusticia no prevalecerá para siempre. Sin esta esperanza no hay navidad. 

Queridos hermanos y hermanas, abramos nuestro corazón en la noche santa y buena de la Navidad, para que el nacimiento de nuestro Salvador, disipe toda oscuridad, nos libere de la tristeza y nos bendiga con el gozo y la alegría.+