Mons. Fassi saludó a los catequistas en su día
- 21 de agosto, 2020
- San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
Con motivo del Día del Catequista, que se celebra el 21 de agosto en memoria de San Pío X, el obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Martín Fassi, envió un mensaje a los catequistas de la diócesis.
El obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Martín Fassi, dirigió un mensaje a los catequistas de la diócesis en su día.
“Cuando digo catequista, estoy pensando en todos los que ejercen el ministerio de la Palabra en las comunidades: catequistas de primera comunión, de iniciación, catequistas de confirmación, catequistas de adultos, prebautismales, prematrimoniales”, enumeró.
“Qué lindo este ministerio de ofrecer la Palabra como fuente de vida, y en este tiempo en que estamos todos en esta misma tormenta, que es la pandemia, tratando de permanecer todos en una misma barca, en la unidad, es un tiempo donde se nos ha desafiado en la creatividad”, reconoció.
“Muchísimas gracias catequistas, a todos y a todas aquellas que fueron tratando de encontrar los recursos para hacer que la Palabra de Dios, como semilla, llegue a muchas tierras para que fructifiquen”, expresó.
En este año especial, el obispo consideró que el desafío es no perder el vínculo: “El sacramento puede esperar, pero mientras tanto la Palabra, el primer sacramento, el gran sacramento de Jesús hecho carne, la Palabra hecha carne, es la que nos ha alentado en las comunidades todo este tiempo”.
Durante este tiempo, “cada uno de ustedes, queridos catequistas, seguramente se reencontraron con mucha historia personal, y seguramente se encontraron con mucha oportunidad para rezar, para encontrarse más profundamente con Jesús en la Palabra, para anunciarla mejor, mucho más profundamente, que la Palabra salga desde lo hondo de su corazón y entonces se brinda de manera más genuina”, afirmó.
“Este tiempo de cuarentena nos ayudó seguramente a ahondar en nuestras raíces de fe. Para campear la tormenta, uno se fortalece. Gracias por todo este ministerio, este servicio de hacer que la Palabra llegue desde el corazón de Dios al corazón de la persona. Qué bueno que el catequista sea el facilitador, el mediador, el ministro que haga que se una el corazón del hombre con el corazón de la Palabra de Dios”, concluyó.+