Mons. Croxatto: 'Hoy Jesús sigue siendo el que revela al Padre'

El obispo de Neuquén explicó que, para conocer al verdadero Dios, "tengo que empaparme de Jesús, tengo que llenarme de su vida, de sus gestos, de aquel que se entregó hasta la muerte"

El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, celebró este domingo la Eucaristía en la catedral María Auxiliadora, durante la que reflexionó sobre las tres enseñanzas de Jesús en el Evangelio.

En primer lugar, el prelado destacó la alabanza que Jesús hace al Padre: “Te alabo, te doy gracias Padre”. También se refirió a un segundo momento, en el que Jesús mismo revela su intimidad con el Padre: “El que quiera conocer al Padre tiene que conocerlo a Él”. Por último, recordó que Jesús nos invita a acercarnos a Él y a seguirlo, a aprender de Él.

En ese sentido, hizo un llamado “a ver cómo estamos parados frente a la vida, frente a los otros y frente a la realidad: por dónde pasa Dios, dónde puedo descubrir su presencia”. Y explicó que esta presencia divina “la palpo en los sencillos, en los humildes, en los pequeños”.

“Es el Hijo el que conoce al Padre. En esa sencillez de Él, muchos no lo quisieron reconocer, no pudieron reconocerlo, y hoy tampoco. Porque buscamos a veces a Dios de mil formas, en grandes cosas, de muchas maneras; sin embargo, hoy Jesús sigue siendo el que revela al Padre”, detalló.

Por eso, para conocer al verdadero Dios, “tengo que empaparme de Jesús, tengo que llenarme de su vida, de sus gestos, de aquel que se entregó hasta la muerte, de aquel que caminó entre los humildes y sencillos”.

“Dice el Evangelio que Jesús, ante esa realidad, cambia la mirada. Después de mirar al Padre, después de reconocer y decirles: ‘Miren que para conocer a este Padre tienen que pasar por mí’, Jesús mira a la gente, ve la realidad y dice esta expresión tan fuerte: ‘Vengan a mí todos’, nadie está exento de ir por Jesús”, alentó.

“Y agrega esto; ‘Los que están afligidos y agobiados, vengan que yo los aliviaré. Aprendan de mí en la humildad y en la sencillez, aprendan a amar como yo’”, y explicó a continuación. “¿Y saben cómo se descansa? Amando. No hay otra forma de descansar más que amar, y en el cada día amar, y en cada día poner mi corazón”, animó el obispo de Neuquén.

“Cambiar el corazón: no hay otra manera de cambiar la historia y la realidad”, concluyó.+