Mons. Croxatto: 'En cada misa renovamos la fe en el Señor resucitado'
- 27 de abril, 2023
- Neuquén (AICA)
El obispo de Neuquén invitó a la comunidad a hacer un salto en la madurez de la fe, para "desprendernos de nuestra propia espera y dejar que Dios se muestre como Él quiera"
El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Martín Croxatto, presidió la misa del tercer domingo de Pascua en la catedral María Auxiliadora, donde recordó que, de un modo especial, en este tiempo litúrgico venimos a renovar la fe en el Señor resucitado.
“Cada eucaristía hace actual lo que hoy escuchamos en el Evangelio; todo el esquema de este Evangelio tan particular es el esquema de la misa”, expresó el prelado, indicando que “en la misa acontece lo que les sucedió a los discípulos de Emaús”.
En ese sentido, relató que “Jesús se pone al lado y, después de escuchar su corazón, les explica a partir de la Escritura lo que ellos estaban dudando”, y destacó que volver a escuchar la Palabra de Dios cada domingo “es volver a escuchar aquello que viene a reforzar mi fe”.
“Esa palabra toca mi corazón, me ilumina, me renueva y me da fuerzas para seguir”, prosiguió el obispo, animando a “pasar por el corazón tantas cosas que nos hablan de Jesús”.
“Como los discípulos de Emaús, también nosotros venimos con el corazón, con nuestra vida”, agregó, invitando a preguntarse cada vez que se concurre a misa: “¿Cuál es la conversación que trae mi corazón? ¿Cómo toca mi fe la realidad esta que vivo?”
Por eso, llamó a tener en cuenta que este gesto de Jesús “es un gesto de amor, que viene a acompañar a aquellos que están flaqueando, para que no se perdieran”, y así, “convencidos de que el Señor está a nuestro lado, descubrir ese amor que hace que vaya a nuestro encuentro, atento, cercano, detener la mirada para descubrir esa presencia cotidiana del Señor”.
La segunda parte de la lectura, que hace alusión a la segunda parte de la misa, es el compartir el pan. Sobre este punto, monseñor Croxatto expresó que “reconocerlo al partir el pan también es reconocerlo en la comunidad; en ese encuentro, el Señor se hace presente, en esa comunión que recibimos juntos”.
“No lo reconocían porque estaban cerrados, ensimismados en su propia espera”, observó el prelado, invitando a hacer un salto en la madurez de la fe: “Desprendernos de nuestra propia espera para dejar que Dios se muestre como Él quiera mostrársenos. Cuando espero y entiendo lo que quiero esperar y entender, es muy difícil que lo reconozca vivo al lado mío”.
Por último, el obispo de Neuquén invitó a la comunidad a decirle al Señor con fuerza, como los discípulos de Emaús: “Quédate con nosotros, te necesitamos”.+