Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Conejero: La misión de la Iglesia en este momento de la historia

  • 8 de julio, 2021
  • Formosa (Brasil) (AICA)
"Está llamada a profundizar y revitalizar la comunión, la participación y la misión, a caminar sinodalmente, a favor del hombre y de todos los hombres", recordó el obispo de Formosa.
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El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, lamentó que por segundo año consecutivo la pandemia impida celebrar con normalidad la preparación y fiesta patronal diocesana en honor de Nuestra Señora del Carmen.

“Quisiéramos que, aún a pesar de las dificultades y consecuencias de esta adversidad, no sólo disminuyan nuestro amor y honra a María; sino al contrario, se acrecienten en nosotros, cada día más, el afecto, la devoción y la fidelidad a aquella que, con vehemencia y convicción, señalando a su Hijo, nos exhorta: ‘Hagan todo lo que Él les diga’”, expresó.

En su editorial mensual en el periódico diocesano “Peregrinamos”, el prelado recordó: “En medio de las debilidades y fragilidades, de la ignorancia y, también, de la mentira, corrupción, violencia, la maldad y perversidad de nuestro alrededor, estamos invitados, ahora y siempre, a acudir a Jesús, y a aprender a ser -como Él mismo lo es-, pacientes y humildes de corazón”.

“Nuestra sociedad actual está caracterizada por la incidencia e influjo de ideologías partidarias y reduccionistas que atentan contra una comprensión integral y trascendente de la persona, que lamentablemente aprueba leyes de conductas, por simple consenso mayoritario, sin tener en cuenta la verdad objetiva ni el fundamento de la ley natural y racional, destruyendo de esta manera la dignidad humana; sociedad, donde el afán desmedido de codicia y poder a toda costa, crea y mantiene desigualdades inicuas, en lugar de favorecer una mayor igualdad e inclusión de todos, obstaculizando y retardando el instaurar la fraternidad universal”, advirtió.

El obispo formoseño sostuvo que “la Iglesia, pueblo de Dios y sacramento universal de salvación está llamada, en este momento de la historia, a ser más consciente de su vocación e identidad, a profundizar y revitalizar la comunión, la participación y la misión, a caminar sinodalmente, a favor del hombre y de todos los hombres”.

“Así, juntos contribuiremos a responder a los nuevos desafíos; entre otros, propiciar la cultura del trabajo, con la creación de fuentes genuinas del mismo y la mejora de la Educación. Cada uno, según el don y la capacidad recibida, aportará al bien común de toda la familia humana. La participación en la próxima Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, -en cuya etapa de Escucha nos encontramos- es una verdadera oportunidad para conocer mejor la realidad, discernir y actuar en esta dinámica y dirección; siempre, claro está, bajo la moción del Espíritu Santo que es quien guía y conduce a la Iglesia, experta en humanidad, con su rica tradición y magisterio social”, afirmó.

“Busquemos y sintamos la presencia y compañía de María, la madre de Jesús y de la Iglesia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra -como rezamos en la Salve-, y como los apóstoles, en Caná de Galilea y en Pentecostés experimentemos su cercanía, su alegría y consuelo maternal”, concluyó.+

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