Mons. Carrara en la Misa Crismal: 'Llevar la unción de Jesús que sana y libera'
- 17 de abril, 2025
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Fuimos ungidos con misericordia para ungir con misericordia, somos consagrados y enviados por Jesús Buen Pastor para ponernos al servicio del pueblo de Dios", dijo el arzobispo de La Plata.
Numerosos fieles de las parroquias y movimientos de la arquidiócesis de La Plata, religiosos y religiosas, laicos consagrados, de colegios y de diversos ámbitos pastorales, se congregaron el miércoles 16 de abril en la catedral para participar de la Misa Crismal celebrada por el arzobispo, monseñor Gustavo Carrara, y concelebrada por los obispos auxiliares, monseñor Alberto Bochatey OSA, monseñor Jorge González y monseñor Federico Wechsung, junto con todo el clero, que renovó sus promesas sacerdotales.
Luego de las lecturas y teniendo presente el sentido y los signos de esta celebración, monseñor Carrara manifestó en la homilía: "Es una alegría ver a tanto pueblo fiel de Dios acompañando a sus sacerdotes, a los diáconos, y acompañando y rezando también por nosotros, los obispos. Estamos transitando un Año Jubilar como peregrinos de la esperanza. Celebramos en esta Misa Crismal el Jubileo de los sacerdotes y diáconos de esta Arquidiócesis, agradecemos el don de su vocación y rezamos por ellos".
Dirigiéndose a los sacerdotes y diáconos, les recordó que "hoy hacemos memoria que, como Jesús, hemos sido ungidos y consagrados para ungir a su pueblo. Somos sacerdotes y diáconos, somos hombres para los demás, no hemos venido a ser servidos sino a servir y nuestro gozo es saberlo y practicarlo a semejanza de Jesús que se abaja y lava los pies".
"Hemos sido ungidos para ungir, para llevar la unción de Jesús que sana, que libera y devuelve la dignidad perdida, esa unción, esa alegría para todo el pueblo es para todos, todos, todos; y para que así sea empieza por los últimos, por los más frágiles, los más rotos, por aquellos que no pueden darnos nada, pero paradójicamente tienen la llave del Reino de los Cielos", expresó el pastor de esa Iglesia.
En tanto, aseguró que "el Santo Crisma con el que fuimos ungidos es un óleo perfumado de un olor muy agradable. Podemos afirmar que es el perfume de la esperanza que brota de la misericordia de Dios. Fuimos ungidos con misericordia para ungir con misericordia, somos consagrados y enviados por Jesús Buen Pastor para ponernos al servicio del pueblo de Dios".
Pidió también que "no perdamos la memoria de cuanto percibimos por primera vez el perfume del Santo Crisma, ese perfume de esperanza, y fue el día de nuestro propio Bautismo. Los sacerdotes celebramos y recordamos el día de nuestra ordenación, y hoy de algún modo lo estamos haciendo en este Jubileo, pero no podemos perder memoria de nuestro propio Bautismo. Nuestra identidad como sacerdotes, principalmente se juega en el servicio al pueblo fiel de Dios. Por el Bautismo estamos unidos al Pueblo de Dios".
Monseñor Carrara también hizo una oración por las vocaciones, la que los sacerdotes llevaron consigo para rezarla en las parroquias, en las capillas y en las familias.
Antes de finalizar la Eucaristía, el arzobispo impartió la bendición apostólica con indulgencia plenaria.+