Mons. Canecín: "La bella oportunidad que nos regala el Señor a todos: ser servidores"
- 25 de agosto, 2021
- Goya (Corrientes) (AICA)
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, ordenó como diácono permanente a Antonio Aníbal Santiago Ayala, de 70 años, quien servirá en la comunidad de Monte Caseros.
El 22 de agosto, en una misa celebrada en la parroquia San Ramón, de Monte Caseros, el obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, ordenó diácono permanente a Antonio Aníbal Santiago.
El párroco de la comunidad, presbítero Renato Pérez, concelebró la misa acompañado de algunos diáconos.
El nuevo diácono permanente trabajará en comunión con el obispo y su presbiterio “al servicio del Pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y la caridad”, anunció el obispo durante la celebración.
El obispo inició su homilía recordando que estamos transitando el Año Jubilar Diocesano: “Este caminar juntos no es una moda, sino que tiene que ver con la Santísima Trinidad”, dijo. “La Iglesia está llamada a caminar juntos”, continuó y, resaltó que asumimos el mandato del papa Francisco, llamados a “caminar juntos, laicos, diáconos, consagrados, presbíteros”, para ser la “Iglesia que el Señor soñó al fundar”.
Dirigiéndose al nuevo diácono expresó: “Serás un servidor de esta Iglesia y con tu diaconía tendrás que reflejar esto y ayudarnos a vivir el mandato misionero, la hermosa tarea y vocación de testimoniar a Jesucristo”, porque “solo Él es el camino, nadie va al Padre sino es por Él”.
“Yo Señor, soy tu servidor”, es el lema elegido por el nuevo diácono, extractado del salmo 116 y “esta expresión nos remite a Jesucristo, porque Jesucristo es el Señor y, por amor al Padre, fue servidor de los hombres”, dijo el obispo en su referencia.
“La Iglesia fue fundada por Jesucristo para que sea una prolongación de Cristo siervo”, afirmó monseñor Canecín, porque la Iglesia "no está para sí misma, sino para lavar los pies a la humanidad, para servir”.
“La Iglesia es sirvienta de la humanidad”, continuó definiendo, “y es la gran propuesta a vivir esto como bautizados”, animando a los presentes a “adoptar esto como un lema personal”. Además, recordó qué es un “mandato misionero” destacando el carácter imperativo: “Es una orden que no es opcional que es para todos los bautizados, con el cual el Señor nos va llamando, pero no de cualquier manera sino para que vayamos juntos; por eso necesitamos la conversión personal, comunitaria, y pastoral”.
Al referirse a la tarea del diácono, afirmó que se trata de “un signo sacramental que nos recuerda a todos los bautizados que nuestra vocación es el servicio y no ser servido, que nuestra vocación siempre está en salida, buscando pies para lavar”.
En ese sentido, el obispo señaló que el diácono “está a la escucha y nuestros hermanos son los señores a quienes tenemos que servir. El diácono encarna a Cristo siervo y es un ayuda memoria para todos”, destacando “la hermosa y bella oportunidad nos regala el Señor a todos: ser servidores”.
“El diaconado no es quedarse muros adentro, sino traspasar el umbral hacia afuera”, por eso “serás servidor de la Palabra, servidor de la Liturgia y servidor en la caridad, y ahí tenemos las tres virtudes teologales”. Finalmente lo alentó a no perder “la esperanza que proviene de la Palabra del Señor al que debe escuchar y servir”.
Antonio Aníbal Santiago, de 70 años, nació en Monte Caseros. Está casado con Emilia, tiene cinco hijos y cinco nietos. Es profesor en Ciencias Sociales y desarrolló siempre su actividad al servicio de la Iglesia en la parroquia San Ramón de Monte Caseros. Realizó su formación para el diaconado en la Escuela de Ministerios San Lorenzo de la Diócesis de Goya.+