Mons. Buenanueva: "La Iglesia, los jóvenes y Jesús"
- 16 de octubre, 2018
- San Francisco (Córdoba)
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, reflexionó sobre el Sínodo de Obispos que se desarrolla por estos días en Roma. Con el título "La Iglesia, los jóvenes y Jesús", el prelado destacó la importancia de escuchar y comprender "las inquietudes que los jóvenes tienen dentro" y los interrogantes de los adultos "que intentamos acompañarlos en el camino de la vida".
Con el título "La Iglesia, los jóvenes y Jesús", el prelado afirmó que "desde Roma nos llegan noticias esperanzadoras", y anticipó que el sínodo "parece ir por buen camino".
"El Papa ha pedido para los plenarios que, después de cinco intervenciones (que no deben superar los cuatro minutos), se hagan tres minutos de silencio", explicó el obispo, y añadió: "La idea es realmente escuchar. Y a fondo. Se trata de comprender las inquietudes que los jóvenes tienen dentro. Pero también los interrogantes que tenemos los adultos que intentamos acompañarlos en el camino de la vida. Más aún: se busca reconocer, en ello, la voz de Dios y los movimientos de su Espíritu".
"Los informes que cada día se van haciendo públicos dan cuenta de una franqueza muy grande a la hora de hablar, escuchar y tratar de entender qué pasa", reconoció monseñor Buenanueva.
En ese sentido, relacionó la dinámica del Sínodo al Evangelio del domingo. "Después de exponerle a Jesús la inquietud que lo carcome por dentro (?Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la Vida eterna??) y su fidelidad a la ley de Dios, un hombre es sorprendido por Jesús: ?Solo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme?", recordó.
"Es verdad que el texto añade que aquel hombre se fue triste ?porque poseía muchos bienes?", señaló el pastor de San Francisco, pero puso su atención en un detalle: "Antes de formularle su inquietante propuesta, nos dice el Evangelio, que Jesús ?lo miró con amor?. En realidad, la expresión es mucho más fuerte e incisiva. Da a entender esa notable capacidad de mirar dentro del corazón del hombre que es tan propia de Jesús", aseguró.
De ese modo, indicó el obispo, Jesús supo "comprender lo que inquietaba a aquel hombre, y adivinó que, no obstante su vida recta, había una carencia de fondo que tenía que salir a la luz. De ahí, la invitación que, aún hoy y a nosotros, nos desconcierta", expresó.
"Jesús no deja indiferente a nadie. Quien comienza a advertir su misterio se ve llevado inexorablemente a revisar su vida y lo que está haciendo con ella. Quedan puestas en tela de juicio las prioridades y opciones. Emerge así la pretensión más intimidante de Jesús: ser el único que puede darle sentido a la vida. Él posee el secreto de una vida que sea realmente perdurable", sostuvo.
Finalmente, reflexionó: "El siempre fascinante diálogo entre la Iglesia y las nuevas generaciones tiene un momento de verdad, más allá del cual no hay nada: todos delante de Jesús y su Evangelio, desnudos de pretensiones, abiertos al soplo de su Espíritu y desafiados a poner en crisis nuestras búsquedas y proyectos".
"No se trata de que la Iglesia se convierta a los jóvenes, ni los jóvenes a la Iglesia. La única conversión que vale es a Jesús y al Reino que Él anuncia y realiza. Todos bajo la mirada de Jesús", concluyó.+