Mons. Buenanueva: Jesús está en el sediento y acepta que le demos de beber
- 2 de julio, 2020
- San Francisco (Córdoba) (AICA)
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió su reflexión semanal.
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió sus reflexiones en su columna semanal del periódico “La Voz de San Justo”. Con el título “Un vaso de agua fresca”, se centró en el Evangelio de Mateo.
“Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa”, citó el prelado. Al respecto, señaló: “Jesús tiene razón: siempre hay alguien que se anima a dar, aunque más no sea, un vaso de agua a quien lo necesita. Y lo puede afirmar, porque él está ahí, en cada gesto de humanidad, de compasión y de misericordia. Tal vez, la persona no lo sepa o no lo vea, pero Jesús está ahí: en el sediento y en la angustia de su sed”.
“Un conocido dicho latino afirma que sólo lo pequeño hace justicia a la grandeza divina”, recordó. “Dios se complace en habitar lo pequeño. Ahí está más cómodo. Por ahí hay que buscarlo”, aseguró.
“Lo enseñará explícitamente a los suyos: ‘Tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver… Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’”, destacó, y recordando las palabras del papa Francisco ante la pandemia, expresó: “Este es el tiempo propicio de animarnos a una nueva imaginación de lo posible con el realismo que solo el Evangelio nos puede proporcionar.”
“¿Puede ser realista la imaginación? ¿No es lo suyo despegarnos -al menos un instante- de la gris monotonía de lo real?”, planteó. “Para el discípulo de Jesús, imaginación y realidad se dan la mano, se potencian y estimulan recíprocamente. Es que en el corazón del Evangelio está la experiencia más desconcertante: Dios se ha hecho hombre, se ha vuelto pequeño, ha entrado en la sed de todo sediento”, respondió. “Él acepta que le demos de beber, dándonos el agua fresca de su Espíritu”, concluyó.+