Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Buenanueva animó a "encarar la vida como lo hizo Jesús"

  • 7 de julio, 2020
  • San Francisco (Córdoba) (AICA)
Con el título "Aprender de Jesús", el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió sus reflexiones sobre el Evangelio.
Doná a AICA.org

El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, reflexionó sobre el Evangelio que muestra a Jesús en oración. “En esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido…»”.

“Los evangelios nos muestran habitualmente a Jesús en oración. Son raras, sin embargo, las veces que nos cuentan qué reza Jesús. La de este domingo, es una de esas ocasiones. Se trata, por cierto, de una pieza maestra. Una verdadera joya”, consideró monseñor Buenanueva.

“De paso digamos: sólo cuando contemplamos a Jesús en oración con el Padre podemos entrever el misterio de su identidad de Hijo: este orante es Emanuel, Dios con nosotros”, aseguró.

“En el centro de su oración está Aquel a quien Jesús invoca como ‘Padre’. Y, abrevando en la tradición espiritual de su pueblo, su oración es alabanza, bendición y acción de gracias. Es decir, una oración centrada en Otro, no en sí mismo. Diríamos hoy: no es autoayuda. Es éxodo: salida de sí, apertura, mirada límpida y expansiva”, señaló.

“¿El motivo de esa alabanza? Que Dios se oculta a los soberbios, pero se manifiesta a los ‘pequeños’”, recordó. Al respecto, aclaró:  “No es ‘pobrismo’, como se dice superficialmente hoy, sino perspicaz constatación de la realidad: la soberbia cierra la vida, nos curva sobre nosotros mismos, volviéndonos estériles; la humildad y la mansedumbre, en cambio, nos abren a Dios y, así, nos dan genuina libertad para construir fraternidad”.

“Por eso, el Evangelio de este domingo termina con la invitación de Jesús: ‘Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio’”.

“En definitiva, el Evangelio es una invitación a encarar la vida como lo hizo Jesús. Démosle entonces la posibilidad de compartir con nosotros algo de lo que sabe de la vida. Aprendamos de Él”, concluyó.+