Orán: Misa de acción de gracias por los nuevos beatos
- 3 de julio, 2022
- San Ramón de la Nueva Orán (Salta) (AICA)
El obispo local, Mons. Luis Antonio Scozzina OFM, presidio la Eucaristía en el predio de la localidad de Pichanal, lugar en donde los beatos sufrieron el martirio.
El obispo de Orán, monseñor Luis Antonio Scozzina OFM, presidió este domingo una misa de acción de gracias por la beatificación de los mártires del Zenta, en el predio de la localidad de Pichanal, lugar en donde los sacerdotes Pedro Ortíz de Zárate y Juan Antonio Solinas sufrieron el martirio como consecuencia de su tarea evangelizadora.
La Eucaristía fue concelebrada por monseñor César Daniel Fernández, obispo de Jujuy; monseñor Pedro María Olmedo CMF, obispo emérito de la prelatura de Humahuaca; monseñor Mura Otonello, obispo de Nuoro (Italia); monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza; monseñor Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta; monseñor José María Arancibia, obispo emérito de Mendoza; monseñor Darío Rubén Quintana OAR, obispo prelado de Cafayate; monseñor Martín Fassi, obispo de San Martín; monseñor Marcelo Julián Margni, obispo de Avellaneda-Lanús; y monseñor Héctor Luis Zordán M.Ss.Cc, obispo de Gualeguaychú.
En el santuario erigido en el predio del martirio, monseñor Scozzina subrayo en su homilía que “es un día de alegría y de esperanza porque el Señor renueva con nosotros la alianza de amor y nos manifiesta su ternura y misericordia”.
“Estamos aquí pisando tierra santa!, dijo el obispo y añadió: "Una tierra regada por la sangre bendita de Don Pedro Ortiz de Zárate, don Juan Antonio Solinas y la comunidad misionera, nuestros queridos Mártires del Zenta”, conitnuó.
Pero, además, expresó que es “una tierra que sigue siendo fecundada por el compromiso y la entrega de tantos hermanos y hermanas que se entregan martirialmente. Aquí está la presencia evangelizadora de nuestro primer obispo misionero, monseñor Francisco de la Cruz Muguerza y de tantos sacerdotes, religiosos y religiosas misioneros”, dijo el obispo de Orán.
Monseñor Scozzina recordó con agradecimiento: "al recordado monseñor Gerardo Sueldo, al padre Diego Calvisi, al padre Andrés Buttu, a la hermana Clara Preusler. Gracias por la dedicación de nuestra querida postuladora la hermana Isabel Fernández y el laborioso aporte de monseñor José María Arancibia”, quienes promovieron la memoria de los mártires y a tantos otros que colaboraron en el proceso.
“La beatificación de los Mártires nos permite hacer memoria agradecida, preguntarnos qué significa para la diócesis de la Nueva Orán esta presencia misionera y martirial”, manifestó el prelado, quien aseguró además que “ante todo, nos permite descubrir que la opción bautismal es una opción por el seguimiento de Jesús en el anuncio del Reino. Seguimiento que siempre es para la misión, para el anuncio de la Buen Noticia. Seguimiento que conlleva la donación de la vida, hasta entregarla totalmente por amor a los hermanos”.
Por otra parte, monseñor Scozzina aseveró que la beatificación de los mártires debe ser interpretada como un “signo del amor misericordioso de Dios y es una invitación permanente a acoger su gracia y compartirla con todos los hermanos”.
Además, aclaró que “la presencia de los misioneros de Zenta, en 1683, entre los pueblos originarios, en contexto de la primera evangelización, fue un anuncio evangélico pacificador superando la lógica de la dominación”.
“El anuncio del Evangelio fue para proponer la amistad con Jesucristo que promueve y dignifica la condición humana. Fue el anuncio de un Dios que ama infinitamente a cada ser humano y a cada pueblo con su historia y cultura”, resaltó.
El obispo destacó además que “el proyecto misionero del Zenta, donde juntos clero diocesano y misioneros jesuitas anunciaron el Evangelio, nos permite descubrir la dimensión sinodal capaz de generar una comunidad misionera, donde los laicos son partícipes de la misión evangelizadora expresando así, proféticamente, el llamado a vivir una Iglesia misionera y sinodal”.
Finalmente, el obispo de Orán pidió que el “testimonio de nuestros beatos y la comunidad misionera del Zenta nos alienten en nuestro camino como discípulos misioneros y nos ayuden a construir comunidades fraternas y solidarias que sean testimonio de la presencia viva del Reino”.+