Miércoles 25 de diciembre de 2024

México-EE.UU: Los obispos de la frontera preocupados por el fenómeno migratorio

  • 12 de enero, 2024
  • Ciudad Juárez (México) (AICA)
Los obispos de la frontera entre Estados Unidos y México dan las cifras de la migración, expresan su preocupación y emiten peticiones a los gobiernos de ambos países.
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"Construyendo el futuro con los migrantes", es el título del documento difundido por los obispos de la zona fronteriza entre México y Texas (Estados Unidos) en el que piden respeto a los derechos humanos y corredores humanitarios seguros para los cada vez más numerosos migrantes que llegan cada día a la frontera. 

Con motivo del vigésimo aniversario de la publicación de la carta pastoral “Juntos en el camino de la esperanza. Ya no somos extranjeros”, firmada por los obispos de México y Estados Unidos, los prelados se dirigen nuevamente al pueblo de Dios para comunicar la realidad que viven los migrantes e invitarlos a construir un mejor futuro.

Los obispos también ratifican su convicción de que “la migración entre nuestras dos naciones es necesaria y benéfica” y exhortan a seguir la instrucción del Papa Francisco de “acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados”.

“Reconocemos el derecho de los Estados soberanos a controlar sus fronteras para salvaguardar el bien común de los ciudadanos y de toda la comunidad humana, así como el derecho fundamental de todas las personas a migrar y no migrar -premisa de los obispos-. 

“Sostenemos también que las naciones más prósperas tienen el deber de acoger, en la medida de lo posible, al extranjero que busca la seguridad y el sustento que no puede encontrar en su país de origen, así como garantizar los derechos del migrante. A su vez, el migrante debe respetar con gratitud el patrimonio material y espiritual del país de acogida, obedecer sus leyes y contribuir a su desarrollo", dice el documento, firmado por los obispos de Texas, Matamoros, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Saltillo y Monterrey,

Situación
En el detallado documento señalan que las políticas y acciones emprendidas por ambos países pusieron a los migrantes en una situación de mayor vulnerabilidad “al provocar incertidumbre, rechazo, persecución y violación de sus derechos humanos, exponiéndolos a caer en manos de organizaciones criminales para poder llegar a su destino”.

Además, aseguran que, a la angustia que sufren los agentes pastorales que buscan dar atención a los migrantes con recursos muy limitados, se suman las amenazas y violencia derivadas de su labor.

Los obispos también escriben: “Compartimos los sueños y el sufrimiento de los inmigrantes. Conocemos las situaciones que los obligan a migrar y el dolor que esto conlleva. Sabemos de las múltiples violaciones a sus derechos fundamentales, la pobreza, las injusticias, la violencia, los peligros y los abusos que sufren, tanto en sus lugares de origen como en los de tránsito y destino”.

Por ello, aseguran que “la Iglesia no aboga por fronteras abiertas, sino por leyes que respeten los derechos humanos básicos" y aseguran que los gobiernos "deben crear leyes que incluyan, tanto una frontera segura como una política de inmigración humana”.

A pesar de que existen instituciones y personas encargadas de la atención al migrante, recuerdan que, en realidad, esta atención corresponde al bautizado, por eso animan a convertir las parroquias en el primer espacio de acogimiento.

Asimismo, reconocen a las parroquias, institutos religiosos, laicos, movimientos eclesiales y organizaciones caritativas que brindan acogida a sus hermanos migrantes.+