Memoria agradecida de Mons. Radrizzani a tres años de su fallecimiento
- 2 de septiembre, 2023
- Mercedes (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Jorge Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján, lo recordó en una carta en la que destacó el testimonio de vida y de fe de su antecesor y antiguo pastor de Neuquén y Lomas de Zamora.
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, hizo memoria agradecida por el testimonio de vida y de fe de monseñor Agustín Radrizzani SDB, al cumplirse el tercer aniversario del fallecimiento de quien fue su antecesor en esta comunidad arquidiocesana y pastor también, de Neuquén y Lomas de Zamora.
En una carta, el prelado recordó al menos dos cosas de su personalidad que –reconoció- lo impactaron. “La primera es una enorme delicadeza por las personas y sus situaciones”, puntualizó, y completó: “La segunda, un hombre de Iglesia”.
“Que el Señor nos regale a nosotros un sentido fuerte de fe para que seamos delicados con las personas y teniendo un fuerte amor por la Iglesia nos dispongamos a servir al mundo como tanto nos pide hoy el Papa Francisco”, concluyó.
Texto de la carta
El 2 de septiembre se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Mons. Agustín. Lo recordamos con mucho cariño y rezamos para que el Señor lo tenga a su lado y lo abrace con su Amor infinito por toda la eternidad.
Personalmente, he compartido los últimos años de su ejercicio en el ministerio episcopal y también de su vida. Anteriormente me invitó a dar una charla al clero de Neuquén y a un retiro en Lomas de Zamora cuando él fue obispo en esas diócesis.
Muchas son las cosas que podríamos decir de una persona y una personalidad como la de Mons. Agustín, pero recuerdo dos que a mí siempre me impactaron.
La primera es una enorme delicadeza por las personas y sus situaciones. Soy testigo de que muchas personas que él fue conociendo a lo largo de su vida seguían apoyándose en él y él con una gran sensibilidad estaba cerca. Por supuesto, que me llamó mucho la atención el enorme amor, delicadeza y servicialidad para con su mamá. Él estuvo siempre, como se dice, “al pie del cañón”.
Lo segundo, un hombre de Iglesia. Toda su vida, desde su niñez, un salesiano de ley, un salesiano hasta los tuétanos. Desde chiquito se dio cuenta de que su vida era al servicio de la Iglesia, en esta comunidad, en este carisma de los salesianos. Agustín ha sido un hombre con un amor hacia la Iglesia que se expresó, fundamentalmente en su obediencia a todo lo que Ella le fue pidiendo y a lo que él respondió con su vida generosamente servicial.
Por eso, al hacer memoria en este nuevo aniversario, es importante que todos, al recordarlo, podamos elevar nuestra oración a Dios dando gracias por su vida, porque la vida de cada persona tiene un llamado de Dios a una misión concreta y cuando uno reconoce que las personas fueron fieles al llamado y al envío que el mismo Jesús hace sobre cada uno de nosotros, no podemos hacer otra cosa que dar gracias y también pedir para que él esté feliz al lado de Dios, de la Virgen y de Don Bosco.
Que el Señor nos regale a nosotros un sentido fuerte de fe para que seamos delicados con las personas y teniendo un fuerte amor por la Iglesia nos dispongamos a servir al mundo como tanto nos pide hoy el Papa Francisco.+