Los obispos invitan a celebrar a la Virgen del Carmen, patrona del país, al lado de los que sufren
- 15 de julio, 2020
- Santiago (Chile) (AICA)
Los obispos invitan al pueblo chileno a renovar su "gratitud" a la Virgen del Carmen, patrona del país, y a confiarse a su protección, en un mensaje difundido con motivo de su fiesta.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile envía un mensaje por la solemnidad de la Virgen del Carmen, expresando que -aunque debido a la pandemia no se podrá peregrinar a los santuarios marianos- al igual que “la Carmelita” se puede estar presentes más que con palabras, a través de la presencia física o remota al lado de los que sufren.
El texto dado a conocer ayer, comienza señalando que el feriado del 16 de julio es “signo de la gratitud de un pueblo que se confía a la protección de la Santísima Virgen María”, Nuestra Señora del Carmen, “Madre y Reina de Chile, consuelo de los afligidos”.
Además, se recuerda que, desde los albores de la patria, Chile ha sido confiado con cariño a la “Carmelita” o la “Chinita”, agregando que esta fecha evoca al “Santuario Nacional de Maipú, la pampa del Tamarugal, la danza festiva y colorida de los bailes religiosos, las oraciones y novenas, en las cuales la Madre preside a sus hijos”.
Ante la crisis que hoy vive el país, se hace memoria de la presencia de la madre del consuelo en momentos de dolor, a través de la imagen de la Virgen del Carmen Misionera obsequiada por el papa Benedicto XVI y que junto al “Evangelio de Chile” fueron testigos de solidaridad, esperanza y reconstrucción tras el terremoto y maremoto del año 2010.
Es por eso que frente a la realidad actual se expresa que este año “nuestra oración, junto a la devoción popular y los bailes religiosos, pone a los pies de la Madre la enorme tristeza, los dolores y agobios de este tiempo de pandemia que vivimos, encontrando en ella el consuelo y la esperanza”, resaltando que, si bien “no podremos peregrinar este año a templos y santuarios para celebrarla, como hubiésemos querido, porque necesitamos cuidarnos unos a otros”, tenemos la plena certeza de sentirnos cobijados por su manto.
Los obispos señalan que la Virgen del Carmen: “nos impulsa a estar presente, más que con palabras, a través de la presencia física o remota al lado de los que sufren. Porque “nadie se salva solo”, como nos ha recordado el papa Francisco”, agregando que ella mueve a nuestras comunidades y a todo un país a procurar una ayuda solidaria y una voz de esperanza a los más desposeídos.
“Gracias, queridos voluntarios, por el gran esfuerzo desplegado. La precariedad y la fragilidad en que nos sume la pandemia, nos obliga a todos, especialmente a autoridades, representantes y líderes de la sociedad, a deponer intereses personales y sectoriales para retomar de verdad los caminos de diálogo con acuerdos generosos” afirman los pastores, agregando que “Somos un pueblo en marcha”, y que solo unidos superaremos las injusticias y nos levantaremos de esta crisis, invitando a preguntarse “de qué forma podemos comprometernos solidariamente en las innumerables iniciativas existentes para ayudar a los que más sufren los efectos de la pandemia y a asumir responsablemente los resguardos necesarios para que los contagios no sigan expandiéndose”.
A través del mensaje, el episcopado nacional también afirma: “Tú sabes que esta Iglesia y esta sociedad chilena no siempre ha estado cerca del sufrimiento de los más vulnerables. Tú sabes que no siempre hemos sido humildes como tú. Queremos enmendar y ayudar a sanar. Queremos ser, junto a la gran familia de quienes vivimos en Chile, constructores de una sociedad más justa, con una vida más austera y un mayor cuidado a los más frágiles y a toda la Creación”, reconociendo que “experimentamos fuertemente nuestra debilidad y el sufrimiento de los hermanos nos desgarra; por eso, continuaremos haciendo lo que está a nuestro alcance para acompañar a los que van quedando solos y abandonados”.
Finalmente, los obispos manifiestan “Contigo, Virgen del Carmen, juntos en este camino, hoy te confiamos lo que somos, lo que tenemos y lo que vivimos. Porque sabemos que en las noches tormentosas sabiamente alumbras el camino”. +