Los diferentes credos se unieron en oración por las víctimas del Covid
- 30 de julio, 2021
- Buenos Aires (AICA)
Convocados por el arzobispo de Buenos Aires, referentes de los distintos credos se reunieron el 29 de julio para rezar por los fallecidos a causa del Covid-19.
En un acto llevado a cabo el 29 de julio en la sede del arzobispado porteño, líderes religiosos de distintas confesiones rezaron juntos por los fallecidos a raíz del Covid-19.
El encuentro ecuménico fue convocado por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, y contó con la presencia del Metropolita Iosif Bosch, del Patriarcado Ecuménico; el arzobispo Kissag Mouradian, de la Iglesia Apostólica Armenia; monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires; Gabriel Davidovich, Gran Rabino de la AMIA; el rabino Jonás Shalom, de la Comunidad Bet Hilel; Claudio Epelman, director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano; Omar Abboud, dirigente islámico y copresidente del Instituto de Diálogo Interreligioso; la pastora Wilma Rommel, presidenta de la Iglesia Evangélica Luterana Unida; el pastor Gustavo Gómez, Iglesia Evangélica Luterana Unida; el pastor Alvaro Michellin Salomón, Iglesia Valdense; la pastora Mariel Pons, Iglesia Evangélica Metodista, el pastor Norberto Saracco y el pastor Hugo Baravalle, ambos de Aciera.
El cardenal Poli saludó alos asistentes y destacó la importancia de la unidad en este momento difícil que vive la sociedad en su conjunto.
Luego cada uno de los presentes hizo una oración, según su tradición. Finalmente todos encendieron una vela en memoria de los fallecidos y el cardenal concluyó con una oración final.
“Motiva nuestro encuentro para rezar por las víctimas del COVID, la común raíz que nuestros credos tienen en la fe de Abrahán. «Por la fe, Abrahán, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba» (Hb 11,8). Abrahán contó las estrellas, vio la promesa de su descendencia y nos vio a nosotros. Creyó en el «Dios amante de la vida» (Sab 11,24) y descansó en sus promesas”.
“«El más allá de Dios nos remite a un más acá del hermano». Por el mismo motivo, si deseamos mantener la fraternidad de este espacio religioso que hemos logrado, no dejemos de mirar al Cielo prometido, donde descansan nuestros hermanos difuntos, los de la gran familia humana y en especial los de la comunidad nacional”.
“Son palabras del Concilio Vaticano II las que también alimentan nuestra esperanza: «El Padre eterno, por una disposición libérrima y arcana de su sabiduría y bondad, creó todo el universo y decretó elevar a los hombres a participar de la vida divina»”
“Nosotros, peregrinos, ponemos nuestra esperanza en el encuentro definitivo con nuestros seres queridos en la eternidad. Mientras tanto, cumplimos con el piadoso deber de encomendar en nuestra oración a quienes han partido durante el tiempo de la pandemia”.
“Elevemos el corazón y sentidos al Cielo, para que nuestro Padre Dios acepte nuestras humildes oraciones, confiados en que su gran misericordia y clemencia preceden a su justicia”, concluyó.+