Viernes 15 de noviembre de 2024

Llamamiento del Papa por Sri Lanka

  • 11 de mayo, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Dirijo un pensamiento especial al pueblo de Sri Lanka, especialmente a los jóvenes que, en los últimos tiempos, han hecho oír su grito ante los desafíos y problemas sociales y económicos del país"
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Al término de la audiencia general de este miércoles 11 de mayo, el Santo Padre habló de la situación en Sri Lanka, sumida en una profunda crisis económica y sacudida desde hace unos días por violentas manifestaciones. En particular, el Papa pide que se respeten los derechos humanos y las libertades civiles.

“Dirijo un pensamiento especial al pueblo de Sri Lanka, especialmente a los jóvenes que, en los últimos tiempos, han hecho oír su grito ante los desafíos y problemas sociales y económicos del país”, declaró el papa Francisco en el final de la audiencia general que tuvo lugar en la Plaza San Pedro este miércoles 11 de mayo. 

“Me uno a las autoridades religiosas para instar a todas las partes a mantener una actitud pacífica, sin ceder a la violencia. Hago un llamado a todos los que tienen responsabilidades para que escuchen las aspiraciones de la población y garanticen el pleno respeto a los derechos humanos y las libertades civiles”, pidió en este breve llamamiento.

Sri Lanka, se encuentra en medio de una crisis social, económica y ahora política. El país, liderado por los hermanos Rajapaska, Gotabaya en la presidencia y Mahinda en el gobierno, se encuentra bajo estado de emergencia desde el pasado viernes 6 de mayo. Por lo tanto, los militares han ampliado los poderes para arrestar a los sospechosos.

El gobierno también decretó un toque de queda de dos días después de que partidarios del gobierno atacaran a manifestantes pacíficos. Al final de este día de caos, el Primer Ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, renunció y su gobierno fue disuelto. La violencia que estalló el lunes ya ha dejado ocho muertos y más de 225 heridos en todo el país, según la policía. 

Sri Lanka vive desde hace varias semanas manifestaciones diarias contra el gobierno del presidente Gotabaya Rajapaksa -hermano del exprimer ministro-, en un contexto de escasez que marca la crisis económica más grave desde la independencia en 1948.

Necesitamos oración, paz y justicia
“Estamos en un momento muy triste y grave. La situación ha empeorado: llevamos años exigiendo justicia y transparencia a los políticos y legisladores. Pero el gobierno de Rajapaksa ha seguido destruyendo el país día tras día, robándole el dinero al pueblo. El lunes 9 de mayo fue un día triste. Un día negro para la historia de la nación. Ahora necesitamos oración, paz y armonía para reconstruir desde los escombros un futuro próspero y pacífico”, declaró a la Agencia Fides el padre Basil Rohan Fernando, sacerdote de la arquidiócesis de Colombo y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Sri Lanka, describiendo la crítica situación social y política de la Nación.

“Hace unas semanas – continúa explicando el padre Fernando - se produjo un momento crucial: la gente salió a la calle, especialmente los jóvenes, con los líderes religiosos a su lado. La sociedad civil protestó y en pocos días la protesta se extendió a toda la nación. En todas partes, en cada rincón del país, los líderes religiosos, los jóvenes, los ciudadanos se unieron y salieron a la calle exigiendo paz, justicia y la dimisión de los Rajapaksas que llevaron al país a la ruina”. 

La crisis económica se agravó aún más en el último mes: el 12 de abril, Sri Lanka anunció la suspensión del pago de su deuda externa y, al anunciar el impago, tuvo que aceptar que la reestructuración de la deuda externa nacional -que supera los 50.000 millones de dólares- fuera gestionada por el Fondo Monetario, cuya ayuda los Rajapaksas siempre han rechazado.

La crisis sin precedentes que azota a la isla se debe a las garras del Covid-19 y al desplome del turismo, pero, según la oposición, también a la mala gestión de los préstamos internacionales, que se han convertido en una deuda insolvente. La situación ha empeorado aún más con el aumento generalizado de los precios de los alimentos y del gasóleo, debido también a las repercusiones de la guerra en Ucrania, que se han dejado sentir en el Océano Índico, con efectos desastrosos sobre todo para los sectores más débiles de la población.+