Llamamiento del Papa por Sri Lanka
- 11 de mayo, 2022
- Ciudad del Vaticano (AICA)
"Dirijo un pensamiento especial al pueblo de Sri Lanka, especialmente a los jóvenes que, en los últimos tiempos, han hecho oír su grito ante los desafíos y problemas sociales y económicos del país"
Al término de la audiencia general de este miércoles 11 de mayo, el Santo Padre habló de la situación en Sri Lanka, sumida en una profunda crisis económica y sacudida desde hace unos días por violentas manifestaciones. En particular, el Papa pide que se respeten los derechos humanos y las libertades civiles.
“Dirijo un pensamiento especial al pueblo de Sri Lanka, especialmente a los jóvenes que, en los últimos tiempos, han hecho oír su grito ante los desafíos y problemas sociales y económicos del país”, declaró el papa Francisco en el final de la audiencia general que tuvo lugar en la Plaza San Pedro este miércoles 11 de mayo.
“Me uno a las autoridades religiosas para instar a todas las partes a mantener una actitud pacífica, sin ceder a la violencia. Hago un llamado a todos los que tienen responsabilidades para que escuchen las aspiraciones de la población y garanticen el pleno respeto a los derechos humanos y las libertades civiles”, pidió en este breve llamamiento.
Sri Lanka, se encuentra en medio de una crisis social, económica y ahora política. El país, liderado por los hermanos Rajapaska, Gotabaya en la presidencia y Mahinda en el gobierno, se encuentra bajo estado de emergencia desde el pasado viernes 6 de mayo. Por lo tanto, los militares han ampliado los poderes para arrestar a los sospechosos.
El gobierno también decretó un toque de queda de dos días después de que partidarios del gobierno atacaran a manifestantes pacíficos. Al final de este día de caos, el Primer Ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, renunció y su gobierno fue disuelto. La violencia que estalló el lunes ya ha dejado ocho muertos y más de 225 heridos en todo el país, según la policía.
Sri Lanka vive desde hace varias semanas manifestaciones diarias contra el gobierno del presidente Gotabaya Rajapaksa -hermano del exprimer ministro-, en un contexto de escasez que marca la crisis económica más grave desde la independencia en 1948.
Necesitamos oración, paz y justicia
“Estamos en un momento muy triste y grave. La situación ha empeorado: llevamos años exigiendo justicia y transparencia a los políticos y legisladores. Pero el gobierno de Rajapaksa ha seguido destruyendo el país día tras día, robándole el dinero al pueblo. El lunes 9 de mayo fue un día triste. Un día negro para la historia de la nación. Ahora necesitamos oración, paz y armonía para reconstruir desde los escombros un futuro próspero y pacífico”, declaró a la Agencia Fides el padre Basil Rohan Fernando, sacerdote de la arquidiócesis de Colombo y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Sri Lanka, describiendo la crítica situación social y política de la Nación.
“Hace unas semanas – continúa explicando el padre Fernando - se produjo un momento crucial: la gente salió a la calle, especialmente los jóvenes, con los líderes religiosos a su lado. La sociedad civil protestó y en pocos días la protesta se extendió a toda la nación. En todas partes, en cada rincón del país, los líderes religiosos, los jóvenes, los ciudadanos se unieron y salieron a la calle exigiendo paz, justicia y la dimisión de los Rajapaksas que llevaron al país a la ruina”.
La crisis económica se agravó aún más en el último mes: el 12 de abril, Sri Lanka anunció la suspensión del pago de su deuda externa y, al anunciar el impago, tuvo que aceptar que la reestructuración de la deuda externa nacional -que supera los 50.000 millones de dólares- fuera gestionada por el Fondo Monetario, cuya ayuda los Rajapaksas siempre han rechazado.
La crisis sin precedentes que azota a la isla se debe a las garras del Covid-19 y al desplome del turismo, pero, según la oposición, también a la mala gestión de los préstamos internacionales, que se han convertido en una deuda insolvente. La situación ha empeorado aún más con el aumento generalizado de los precios de los alimentos y del gasóleo, debido también a las repercusiones de la guerra en Ucrania, que se han dejado sentir en el Océano Índico, con efectos desastrosos sobre todo para los sectores más débiles de la población.+