Las mujeres, los jóvenes y los marginados como sujetos de cambio de la Iglesia
- 5 de marzo, 2019
- Ciudad del Vaticano
El papa Francisco se reunió ayer en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, con la Pontificia Comisión para América Latina, y sus miembros de la Academia de Líderes Católicos. Les recordó que "la política no es el mero arte de administrar el poder. Es una vocación de servicio para la generación del bien común", y mencionó a las mujeres, los jóvenes y los marginados como los sujetos de cambio de la Iglesia.
Entre el 24 de febrero al 4 de marzo, 26 jóvenes líderes católicos procedentes de culturas y profesiones diversas, realizaron un seminario intensivo de formación sobre el tema "Doctrina social de la Iglesia y compromiso político en América Latina: para una nueva generación de católicos latinoamericanos en la política".
El Santo Padre comenzó planteando que la vocación del cristiano y en particular, la vocación política, nace en la comunidad. En la comunidad, el primer signo es la amistad entre los miembros, que se descubren por la encarnación de Jesucristo, "invitados a proponer misioneramente esa misma amistad a los demás para así dilatar la experiencia que denominamos Iglesia".
Francisco profundizó en que "ser católico comprometido en la política no significa ser un recluta de algún grupo, organización o partido, sino vivir dentro de una amistad, dentro de una comunidad". El objetivo principal de la política es "la construcción del bien común", indicó el Papa, y citando a San Óscar Romero, mencionó: "El cristiano verdadero debe preferir su fe y demostrar que su lucha por la justicia es por la justicia del Reino de Dios, y no otra justicia".
Luego destacó tres sectores emblemáticos que muestran un cambio de época en América Latina y que potenciarían construir un proyecto de futuro: "las mujeres, los jóvenes y los más pobres". Las mujeres son significativas porque aportan esperanza: "la esperanza en Latinoamérica tiene un rostro femenino". Los jóvenes, "porque en ellos habita la inconformidad y rebeldía que son necesarias para promover cambios verdaderos". Y, en los pobres y marginados, "la Iglesia encarna su opción preferencial".
Estos tres actores "son protagonistas del cambio de época y sujetos de esperanza verdadera. Su presencia, sus alegrías y, en especial, su sufrimiento son una fuerte llamada de atención para quienes son responsables de la vida pública. En la respuesta a sus necesidades y demandas se juega en buena medida la verdadera construcción del bien común. Son un lugar de verificación de la autenticidad del compromiso católico en la política", señaló Francisco.
Asimismo, el Pontífice clamó por una nueva presencia de los católicos en la vida política: "No se trata de presentar nuevos rostros, sino de presentar nuevas alternativas, que den voz a sectores de movimientos populares y que expresen sus luchas auténticas".
"Hacer política inspirada en el Evangelio desde el pueblo en movimiento puede convertirse en una manera potente de sanear nuestras frágiles democracias y de abrir el espacio para reinventar nuevas instancias representativas de origen popular", afirmó.
Al concluir, indicó: "Una misma fe cristiana puede conducir a compromisos diferentes. Por eso, los invito a que vivan su fe con gran libertad. Sin creer jamás que existe una única forma de compromiso político para los católicos", y se encomendó a la intercesión de San Juan Diego y de la Virgen de Guadalupe.+